
Disfrutan de talento internacional en la Feria del Libro Acapulco 2025
ACAPULCO, Gro., 22 de mayo de 2025.- No es el viento el que disfrazado viene del poeta atoyaquense Jesús Bartolo Bello, fue presentado como acto de memoria, de duelo y de búsqueda de personas víctimas de desaparición forzada durante la Guerra sucia y en la actualidad, en el Zócalo de este puerto.
Durante la Feria Internacional del Libro Acapulco (FILA) 2025, está nueva edición del libro —que fue publicado por primera vez hace más de dos décadas— irrumpió nuevamente en la escena literaria para recordarnos que, en Guerrero, la desaparición forzada no es un tema del pasado, sino que sigue presente, que duele como antes y atraviesa a comunidades enteras.
“Siempre habrá un poema de desaparecidos, a la abuela, que hable de dolores, de mi pueblo y de todo eso que hemos ido perdiendo”, expresó Bartolo Bello frente al público durante la presentación en el Zócalo.
Con una voz templada por los años y el duelo, compartió que esta reedición, a cargo de ícaro ediciones, está dedicada a su padre, un desaparecido político, y que su escritura nació del reconocimiento del dolor y de la imposibilidad de hallar respuestas.
“Cuando dejé de preocuparme por buscarlo, saber que él está muerto y que jamás lo voy a encontrar, fue cuando supe que podría escribir acerca de él. Estoy en paz con él”, dijo.
Adelantó que mantiene un proyecto que se llama El desaparecido, poemas para enterrar a mi padre en el que vaticina el cierre de un ciclo de duelo con su padre.
Sus palabras resonaron en el corazón de Acapulco, donde el eco de las madres buscadoras se ha vuelto parte del paisaje mediante fichas de búsqueda y murales de memoria, donde las colectivas se han apropiado de los espacios públicos para visibilizar lo que parecía que se detendría.
Frente a ese dolor colectivo, el poema de Jesús Bartolo se volvió consuelo, denuncia y memoria viva.
En calles, playas, plazas y montañas, las familias claman por sus desaparecidos, porque lo hacen, desde hace años con marchas, con mantas, con prismas colgados en kioscos, con la exigencia de levantar antimonumentos, murales y efigies que resistan el olvido.
“La violencia que nos ha venido habitando desde hace muchas décadas…”, dijo Bartolo Bello, evocando no sólo su historia personal, sino la de cientos de familias guerrerenses que, desde la Guerra Sucia, arrastran la ausencia impuesta por un Estado que desaparece cuerpos y borra nombres.
“Y cuando el Estado desaparece, no van a aparecer en ningún lado”, insistió.
El editor Ulber Sánchez subrayó que, aunque el libro nació en otro tiempo, hoy sigue siendo urgente.
“La Guerra Sucia es una herida abierta. Las desapariciones no han cesado. Este libro vuelve porque el silencio sigue cobrando vidas y porque la poesía puede ser también una forma de búsqueda”, expresó.
En su lectura final, Bartolo Bello compartió fragmentos dedicados a su padre y a todas las mujeres que lo buscaron sin descanso: su madre, su abuela, sus tías.
A ellas y a todas las que hoy siguen rastreando con picos y esperanza, les dedicó un verso que resuena más allá del libro: “Para todas aquellas que luchan día a día y buscan en su corazón y en la tierra a sus desaparecidos”.
Con esta nueva edición, No es viento el que disfrazado viene se presentó un testimonio poético imprescindible, que nombra lo innombrable y devuelve dignidad a quienes el poder intentó borrar.
Una lectura para quienes buscan, para quienes acompañan, para quienes resisten.