¿Estás siempre en línea?

Búsqueda de información, envío de mensajes, audios y video; interacciones en las redes sociales, videojuegos, descargas de series y películas, compras online, son tan solo algunas de las actividades que realizamos en internet todos los días, de manera constante, por largos períodos y cada vez, inconscientemente, le dedicamos más tiempo y atención, porque se trata de “estar siempre en línea”, “estar conectados todo el tiempo”. Esto es hiperconectividad.

Estamos sujetos a una creciente dependencia de la conectividad digital y para darte una mejor idea de cómo interactuamos en la red, en la doceava edición del Informe Data Never Sleeps (Los Datos Nunca Duermen) 2024, de la plataforma Domo, se menciona que a nivel mundial en un minuto:

• Se enviaron 251.1 millones de emails.
• Se reprodujeron 138.9 millones de reels (videos) en Facebook e Instagram.
• Se realizaron 5.9 millones de búsquedas de información en Google.
• Se visualizaron cerca de 3 millones 500 mil videos en YouTube.
• Se enviaron 3.3 millones de snaps (videos o imágenes con texto) en Snapchat.
• Siri respondió cerca de un millón 42 mil preguntas.
• Se subieron 16 mil videos en TikTok.
• Google Gemini recibió más de 8 mil 500 visitas.
• 4 mil 80 registros se vieron comprometidos en filtraciones de datos, poniendo en riesgo la ciberseguridad del usuario.
• Y se dieron 288 descargas de Zoom, entre otros.

Si esto pasó en tan solo un minuto, imagínate en un día cuántos impactos se generan. Cuántas interacciones hace cada persona y las consecuencias que originan en ellos cada uno de sus clicks.

Tú eres parte de esas cifras porque en un minuto, de las actividades enumeradas, cuántas realizas y, tal vez, te apuesto, lo haces de manera simultánea, porque tienes a la mano más de un dispositivo, sea una computadora, un teléfono celular, una tablet, un reloj digital o algún otro aparato.

Y si te dijera que, con el avance de la Inteligencia Artificial, en un futuro la tecnología estará mucho más integrada en nuestras vidas (educación, salud, industria, ciudades inteligentes, transportes, etc.), donde el hábito o probablemente ya la adicción a por la hiperconectividad nos dejará más expuestos, sí a sus beneficios, pero también más vulnerables a los efectos negativos que pueda ocasionar, principalmente en nuestra salud y en la de nuestros hijos.

Es en este nuevo entorno, donde las niñas, niños y adolescentes se comunican, aprenden y se entretienen con el uso constante de los dispositivos digitales, donde la adopción de las tecnologías se da cada vez más a edades más tempranas, estamos obligados a reflexionar sobre el factor de riesgo que representa para ellos la hiperconectividad, principalmente en las redes sociales, sobre todo si tienen acceso a cualquier dispositivo, si tienen pocas o carecen de actividades físicas y recreativas, si viven en una falta de comunicación familiar y/o si presentan problemas socioemocionales.

Porque de acuerdo a la Asociación Americana de Psicología los adolescentes y jóvenes al estar hiperconectados, tan solo en las redes sociales, pueden sufrir:

• Falta de concentración, mala calidad del sueño y aumenta del estrés, al permanecer en línea el mayor tiempo posible por el miedo a perderse alguna publicación (Fear of Missing Out, FOMO).
• Caer en depresión y tener baja autoestima ante los comentarios negativos, las comparaciones y rechazos que se puedan dar en la red, ya que siempre están al pendiente y en constante alerta de las notificaciones que les llegan.
• Vivir en una situación de aislamiento al pasar demasiado tiempo conectado, porque reducen su interacción personal.
• Presentar insomnio, fatiga, bajo rendimiento escolar y estados de ánimo cambiantes al usar las pantallas antes de dormir por tiempo prolongado.
• Mermar su capacidad de atención, concentración y memoria, al necesitar los estímulos rápidos y breves que generan las redes sociales.
• Posponer sus tareas y actividades, procrastinación, por estar navegando constantemente en la red y
• Estar en riesgo de sufrir ciberacoso, al acceder sin medida a cualquier aplicación o plataforma, entre otros.

Como te habrás dado cuenta este es un problema que afecta no solo a los adolescentes y jóvenes, sino a todos los usuarios de las tecnologías de la información, solo ajústala a tu contexto, ¿con cuál de las afectaciones mencionadas te identificaste?

Por ello tenemos un gran reto, primero los padres de familia y los adultos debemos aprender a controlar la hiperconectividad y ser ejemplo en el uso responsable de la tecnología, para orientar y enseñar a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes a hacer un uso consciente e inteligente de la navegación segura y fomentar en ellos hábitos y habilidades digitales saludables.

Si estás consciente y de acuerdo, practiquemos algunas de las recomendaciones que nos brindan instituciones como la Academia Americana de Pediatría que señalan la importancia de:

• Establecer límites y horarios en el uso de los dispositivos digitales.
• Implementar periodos de desconexión.
• Tener un máximo de una hora diaria de ocio digital.
• Fomentar actividades que estimulen la imaginación y creatividad, como practicar algún deporte, juegos de mesa, leer, aprender arte, etc.
• Fortalecer la comunicación entre padres e hijos para estimular el vínculo y acompañamiento familiar y a la vez crear ambientes sanos.

Ahora te pregunto, ¿estás listo para comenzar?

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