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ACAPULCO, Gro., 5 de agosto de 2025.- Al menos cinco toneladas de materiales diversos han sido extraídas del fondo marino de la bahía de este puerto, como parte del proyecto ambiental SeaFinder, una iniciativa de restauración ecológica que busca revertir los daños causados por el impacto del huracán Otis.
La consultora ambiental, coordinadora del proyecto e integrante de la asociación Habla Bien de Aca, Vivian Heredia informó que los trabajos se han concentrado principalmente en el sitio identificado como las marinas, ubicada en la zona Tradicional de Acapulco, donde fueron localizadas las mayores concentraciones de residuos tras el huracán.
Entre los materiales recuperados se encuentran fragmentos de embarcaciones, piezas metálicas, estructuras dañadas y baterías de motores, muchos de estos residuos con potencial altamente contaminante por contener metales pesados, combustibles y compuestos tóxicos como plomo o litio.
Vivian Heredia explicó que los restos corresponden a embarcaciones que se hundieron durante el embate del huracán Otis, que azotó el puerto y afectó también al municipio de Coyuca de Benítez el 24 de octubre de 2023 como categoría cinco, y que dejó un saldo de más de 800 embarcaciones desaparecidas o colapsadas en el lecho marino.
“Lo que hemos encontrado en el fondo marino no son embarcaciones completas, sino fragmentos, restos dispersos, materiales en estado de descomposición que están contaminando de forma silenciosa el ecosistema marino. Extraer estos residuos es fundamental para que el lecho marino pueda volver a ser un hábitat saludable”, explicó Heredia.
Puntualizó que el proyecto SeaFinder es liderado por las asociaciones civiles Habla bien de Aca y Mar de Fondo, y cuenta con la participación de cuatro buzos con formación en trabajos submarinos, un capitán de embarcación y un equipo técnico que ha adaptado una plataforma de trabajo flotante tipo catamarán, con capacidad de levantar hasta cinco toneladas de material por operación.
Las inmersiones y el registro de las actividades son documentadas por el oceanólogo Efrén García Villalvazo, quien también participa en el diseño de estrategias de monitoreo y mapeo del fondo marino mediante herramientas como sonar de escaneo lateral y videografía subacuática.
El registro, permite generar un inventario visual de los restos recuperados, así como evaluar los avances del proyecto en cada etapa.
Según explicó Vivian Heredia, el deterioro del lecho marino no solo pone en riesgo la biodiversidad, sino que afecta la estabilidad del ecosistema completo.
“La fibra de vidrio en proceso de descomposición se mezcla con los sedimentos, altera la estructura del fondo y genera condiciones hostiles para la vida marina. Sin limpieza, no hay posibilidad de regeneración natural”, advirtió.
Además de los impactos ecológicos, el proyecto también busca evitar efectos negativos en la salud humana y el turismo.
Advirtió que las zonas afectadas comprenden áreas de uso recreativo y turístico como Caleta, Caletilla, Manzanillo y el Club de Yates, donde persiste el riesgo por la presencia de contaminantes y residuos ocultos en el agua.
SeaFinder cuenta con el respaldo de organizaciones como el Centro de Biodiversidad Marina y Conservación, el Cemefi y Cenaced, y ha recibido apoyo de empresas como Natura y la Fundación Audi.
La estrategia incluye cinco fases que van desde el mapeo, la verificación, la extracción de materiales, limpieza y disposición final de residuos conforme a la legislación ambiental vigente, con el apoyo de dependencias federales y estatales.
El equipo coordinador hizo un llamado a sumar esfuerzos desde el sector privado y la sociedad civil para ampliar la intervención a otras zonas de la bahía.
Este proyecto, representa uno de los primeros esfuerzos organizados de recuperación del fondo marino en Acapulco luego del desastre natural, pues las tareas que emprendió la Secretaría de Marina en la recuperación de embarcaciones, incluyeron escasas inmersiones al mar.