Bajo una choza esperan con fe a los dos pescadores desaparecidos

ACAPULCO, Gro., 19 de enero de 2016.- Cristian Mayo Martínez, es hijo de Arturo Mayo Flores, un pescador que no ha regresado a casa después de haber salido el pasado 12 de enero a pescar tiburón en su lancha Pitufo II desde la playa Manzanillo.

Don Arturo, un hombre de 62 años, zarpó acompañado de un joven de aproximadamente 18 años, a quien sólo conocen por el apodo de Viernes, como el personaje de la novela del náufrago Robinson Crusoe.

“Ellos salieron a la pesca el día martes. Salieron a las 7 de la mañana y ellos tenían que llegar el día jueves en la noche y lo más probable era que tenían que llegar el viernes, pero esperamos y no llegaron, así que nosotros, cuando no llegó, hablamos a Capitanía de Puerto y de ahí los de Capitanía de Puerto hablaron a la Base. De ahí en la Base Naval dieron la orden y los fueron a buscar, pero no los encontraron. Nosotros fuimos por parte de nosotros, fuimos a buscarlos con mi hermano, pero no los encontramos”, narró el hijo del pescador perdido.

Él, sus familiares y amigos creen que el pescador y su ayudante no pudieron regresar por alguna falla mecánica, y ven difícil que hayan podido arreglar el problema.

Su esposa, la señora Susana Martínez, con voz entrecortada y con lágrimas apunto de rodar por sus mejillas, dijo que temen que el estado de salud de don Arturo se complique, debido a que es diabético.

“Es diabético él. Él está enfermo y uno se preocupa por él. Le pedimos a Dios, estamos rezando, orando por él, a ver qué sale. Los compañeros están reunidos aquí, los han ido a buscar. No perder la fe”, dijo esperanzada  doña Susana.

De acuerdo con Cristian Mayo, como medida preventiva siempre que salen a pescar tiburón, se llevan abastecimiento de comida, agua y combustible suficientes, ya que salen hasta 70 millas mar adentro. En este caso confía en que su padre pueda racionar el alimento hasta por tres semanas.

“Lleva 40 litros de agua, comida, tortilla. Sí le aguantaría como para unas tres semanas. Pero comiendo sólo de a poco. Cuando uno va a la pesca tarda tres días, cuatro días”, explicó el hijo.

La embarcación es una lancha con motor fuera de borda de la marca IMEMSA. El motor cuenta con la potencia de 50 caballos de fuerza y es de cuatro tiempos. La unidad se distingue por su hielera de color verde, detalló el hijo del pescador desaparecido.

Y ahí, debajo de una choza de palapa en la playa Manzanillo, familiares y amigos esperan con fe la llegada, de un momento a otro, de sus dos pescadores desaparecidos.