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MÉXICO, DF., 18 de enero de 2015.- El consumo de tabaco en México no sólo representa un grave problema de salud pública, sino también significa una constante amenaza para la preservación del medio ambiente por la cantidad de colillas de cigarro que se tiran a diario en la vía pública, afirmó la diputada por Nueva Alianza, Cristina Olvera Barrios.
Por ello, hizo un llamado a las autoridades federales del Medio Ambiente para que en coordinación con las dependencias locales implementen campañas para evitar que los más de 17 millones de fumadores mexicanos arrojen sus colillas a las calles, en las coladeras o peor aún en las playas.
La legisladora de Nueva Alianza hizo énfasis en la falta de políticas públicas para la preservación de los recursos naturales, “no se ha hecho mucho para proteger la contaminación de litorales y mantos acuíferos de los residuos de tabaco”, insistió.
La también secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados refirió que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, existen 17.3 millones de fumadores activos en el país, y el consumo promedio de cigarros por día de los fumadores diarios es de 6.5, lo que da una idea de las grandes cantidades de colillas que se generan a diario, señaló.
Externó que lo más grave del problema es que entre los consumidores de tabaco no existe conciencia sobre la problemática que conlleva el arrojar las colillas de cigarro a las calles, ya que no todas terminan en un bote de basura, y por diversos factores ambientales son llevadas hasta las coladeras.
Lo anterior, dijo, facilita que se obstruya la red de drenaje provocando inundaciones y, posteriormente, van a parar a los mantos acuíferos que son contaminados por las sustancias químicas de las que están compuestos estos desechos.
Además, señaló que de acuerdo con la organización internacional Greenpeace, las colillas de cigarro contienen materiales que tardan en degradarse alrededor de una década y quedan impregnados de las 4 mil sustancias que contiene el tabaco, de las cuales al menos 40 son cancerígenas, como el amoniaco, la nicotina y el alquitrán.
Si a todo esto le agregamos que cada colilla de cigarro provoca la contaminación de hasta 50 litros de agua, es incalculable la magnitud del daño que provoca a los ecosistemas acuáticos, señaló la legisladora.
Por todo ello, concluyó, es urgente la implementación de programas e incluso sanciones para que la ciudadanía consumidora de tabaco cambie sus hábitos y contribuyan a la preservación de un ambiente sano para su desarrollo.