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TLAPA, Gro., 19 de mayo de 2014.- María Concepción Martínez Reyes llora, muestra las fotos familiares donde sale su hijo Aarón Hernández Martínez y pide que alguien le ayude para evitar la injusticia que padece desde hace más de un año.
Hernández Martínez fue detenido al descender de un avión en Tijuana por policías federales, cuando se dirigía a ver a su hermano, para trasladar una camioneta para el comercio de frutas y verduras a Colima, lugar de donde es originario.
Sin embargo, desde el 28 de febrero de 2013 permanece en el Cereso de Atlamajac, donde es acusado de fraude, aunque su madre insiste en que se trata de un caso de homonimia, que su hijo trabajaba trasladando frutas y verduras, que tiene dos niñas y que es inocente.
El asunto refiere que en 2006 arribaron a Tlapa varios supuestos videntes brujos, entre ellos tres hombres de origen centroamericano que se hacían llamar Santos, Johan y Aarón Hernández Martínez, quienes a través de spots radiofónicos ofrecían curar prácticamente enfermedades y proveer abundancia.
Los sujetos les dijeron a los denunciantes: Leónides Hernández González, Conrado Gómez Rodríguez, Enrique Eulogio Flores Cruz, Amado Gómez Balbuena y Florentino Ortiz Maldonado que debían limpiar su dinero, oscilando las cantidades entre los 50 y 600 mil pesos, a lo que los afectados accedieron pero cuando regresaron por el dinero, los tipos ya se habían ido.
Aunque hay contradicciones en el expediente, Martínez Reyes se dijo frustrada y desesperada porque la juez María Leonor Arroyo del Juzgado Primero de Tlapa, ha desestimado todas las pruebas, la de retrato hablado, topometría y no ha tomado en consideración los testimonios de una trabajadora contratada por los falsos curanderos como recepcionista y del propietario del inmueble que rentaron como base, quienes testificaron que el detenido no es la misma persona que se hacía llamar como él.
Cuando los hechos ocurrieron el joven tenía 19 años y en la descripción de los delincuentes hecha por los afectados se mencionan personas de entre 35 a 40 años con rasgos negros y acento centroamericano, Aarón mide 1.60 y en aquel entonces trabajaba vendiendo frutas y verduras.
La mujer seca sus lágrimas con su mandil, el viaje ha sido costoso y no ven señales de que les hagan caso en el juzgado, ella también trae consigo fotografías de su hermano y de otro hijo que se murieron en un accidente cuando acudieron a visitar a su hermano, Aarón Hernández Martínez.
Entre los comentarios del caso, la mujer reprochó que el Ministerio Público filtrara información a medios locales en los que apareció la foto de su hijo como defraudador, aunque él no cometió ningún delito. La señora también dijo que le está costando más trabajo mantener a sus nietas y ya no quiere ver a su hijo preso por algo que no hizo.
En Tlapa, son constantes los casos de fraudes, en meses recientes se han escuchado en las radios piratas locales anuncios de brujos que curan y prometen todo, asimismo los diarios locales continúan publicando fotos de probables responsables aunque esté prohibido.