Transparencia, el reto de la transición al Inegi y la reforma necesaria
OAXACA, Oax. 22 de octubre de 2014.- La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, forma parte de un plan de exterminio del Estado en contra de las normales rurales en el país, aseguró el sacerdote católico Alejandro Solalinde.
El fundador del albergue Hermanos en el Camino, quien asegura saber qué sucedió con los jóvenes desaparecidos, dijo que la lectura de Ayotzinapa es que “si no se alinean, hay que quitarlos”.
Las normales rurales, mencionó, han sido incómodas para el Estado “como una piedrita en el zapato para el gobierno”, porque no van con el modelo neoliberal que se está uniformando.
“Esto es un crimen de Estado, me podrán contradecir, decir que no tengo pruebas, yo solo estoy pasando la información, no soy la PGR ni Ministerio Público para demostrar nada”, expuso al cuestionarle sobre los fundamentos de sus dichos.
Defendió su denuncia “porque soy cristiano y no puedo guardar algo tan importante, lo que yo digo es lo que reconstruyo de cinco testimonios, fueron estudiantes víctimas de los dos ataques los que dijeron lo que digo”.
Lo que es un hecho, agregó, es que fueron los policías, agentes del estado, quienes con golpes se llevaron a los estudiantes en patrullas.
“Se los llevaron en vehículos oficiales, no se los llevó el crimen organizado, los agentes del estado los desaparecieron y habría que preguntarle al estado porqué lo hizo”.
Insistió en que fue un acto de odio en contra de las normales rurales, “lo de Ayotzinapa no es nuevo, es una política de estado, lleva su firma”.
Consideró que el presidente Enrique Peña Nieto “ha gobernado para el capital financiero, para las trasnacionales” y por eso las normales rurales no encajan en su política.
Reiteró su postura de que es sana la renuncia del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, aunque dijo “eso no va a solucionar el problema porque la descomposición es sistémica”.