Hoja verde
El 6 de abril se celebra el Día Mundial de la Actividad Física. El festejo forma parte de un programa adoptado por la Organización Mundial de la Salud para combatir las enfermedades crónicas a través del ejercicio y sana alimentación.
Esta estrategia busca sensibilizar a la población de los efectos que trae consigo el sedentarismo: la obesidad y el sobrepeso, derivados de los malos hábitos alimenticios; condiciones que incrementan el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión arterial y eventos cardiovasculares.
La prevalencia de obesidad y sobrepeso está acabando con la calidad de vida de, cuando menos, una tercera parte de la población mundial. En México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, siete de cada diez adultos y 34.4% de niños presentan grados alarmantes de esta epidemia.
De tal suerte que si el gobierno mexicano no implementa una campaña más agresiva en materia de salud y educación focalizada en la prevención, el presupuesto para controlarlas, será insuficiente. Se estima que a finales del próximo año el gobierno esté destinando alrededor de 150 mil millones de pesos para este rubro.
Sin embargo, hay que mencionar que gran parte de las medidas preventivas recaen en el individuo (así en lo individual) y en las familias (la prevención empieza en el hogar). Sin el conocimiento, la voluntad e involucramiento de éstos, es poco menos que imposible que el Estado pueda resolver el problema.
El desconocimiento y apatía del grueso de la población en temas de salud hace que, por citar un ejemplo, la diabetes esté avanzando a pasos agigantados en México.
La lógica nos dice que si no entendemos las partes de un problema, la solución de éste se torna más difícil.
Es como tratar de conducir un automóvil, nos dice Frank Suarez, sin saber para qué sirve el volante, el pedal del freno o el acelerador.
Los resultados pueden ser catastróficos. Así también la persona que no comprende los factores que inciden en la diabetes, lo más seguro es que va derecho al desastre. Van en sentido contrario del aforismo griego: “conócete a ti mismo”.
Por lo anterior, es indispensable que en la más elemental actitud de prevenir un problema de esta naturaleza, sepan que la glucosa es la azúcar de la sangre que da energía al cuerpo, pero que tiene un límite.
Así como la gasolina en nuestro auto tiene la frontera de las dimensiones del tanque, y que no se puede rebasar, so pena de correr el riesgo de un incendio.
Así también la ingesta de carbohidratos refinados, almidones y bebidas azucaradas, acompañada de sedentarismo y/o falta de movimientos aeróbicos es el camino más seguro de contraer diabetes y con ello perder capacidad laboral y calidad de vida.
Por distintas razones (el fenómeno es multicausal), muchas personas han adoptado dietas con alto contenido de grasas saturadas, carbohidratos refinados, almidones y azúcares, que por su bajo costo están más cerca de la población urbana y sub urbana.
Basta transitar por las calles de cualquier ciudad de nuestra república (Cd. de México, Chilpancingo o Acapulco, por citar sólo algunas) para darse cuenta que hay vendimias de comida chatarra con alto contenido calórico, sin higiene ni control sanitario alguno.
Desgraciadamente estos hombres y mujeres han hecho caso omiso de las recomendaciones médicas.
Para ellos es más fácil tomar medicamentos que adquirir la disciplina del ejercicio como parte de su vida diaria.
Es muy difícil revertir este comportamiento entre la población adulta, pero posible en la niñez. Para ello se requiere, cuanto antes, una alianza interinstitucional, iniciativa privada, sociedad y padres de familia, e implementar medidas radicales que coadyuven a reorientar los hábitos de la alimentación de las nuevas generaciones, para revertir la nada honrosa posición de ser uno de los países con más personas obesas del mundo.
De ahí que la celebración del día de la actividad física sea un llamado a la sanación de un conglomerado social apático, y una alerta a los gobiernos de lo que podría ser, de no atenderse, el mayor desafío del siglo.