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LONDRES, Reino Unidos. 19 de enero de 2015.- En lo que ya se apunta como un nuevo escándalo diplomático internacional, trascendió que los Cuarteles de Información Gubernamental de Reino Unido (GCHQ, por sus siglas en inglés) tienen bajo la lupa a un sinnúmero de periodistas, mismos que fueron espiados por las agencias de inteligencia y cuya información electrónica fue hackeada por expertos en cifrado al servicio de la corona inglesa.
Tal y como reporta The Guardian con base a documentos divulgados por el excontratista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés), Edward Snowden, los correos electrónicos de comunicadores en Estados Unidos y Reino Unido fueron intervenidos como una medida para mantener el Estado de Derecho frente a sus publicaciones.
En ese sentido, medios como la BBC, Reuters, The Guardian, el New York Times, Le Monde, The Sun, NBC y el Washington Post fueron sujetos del ciberespionaje en un presunto intento por proteger información confidencial de los gobiernos más poderosos del globo.
The Guardian precisa que, tan sólo en noviembre de 2008, un asombroso total de 70 mil correos electrónicos fueron sustraidos por el GCHQ en tan sólo 10 minutos, aunque no existe evidencia de que los reporteros se encontraran necesariamente “en mira directa de los servicios de inteligencia, no obstante, se precisa que en los archivos de la dependencia se señala a los “reporteros investigadores” con un nivel de peligrosidad equiparable al de los de un pirata informático o un terrorista.
Un documento de acceso restringido, recopilado por The Guardian y divulgado por Edward Snowden, establece que “los periodistas y comunicadores inmiscuidos en labores de medios de masa representan una amenaza potencual contra la seguridad, principalmente los ‘reporteros investigadores’, quienes se especializan en ventilar información por dinero o por aquello que consideran de interés público sin una línea editorial directa”.
EL GCHQ fue cuestionado por The Guardian ante estas acusaciones, de manera que “todo el trabajo de GCHQ es realizado de acuerdo a un estricto marco legal y de política, que garantiza que nuestras actividades son autorizadas, necesarias y proporcionadas, y que existe una supervisión rigurosa. Cualquier acto de intercepción informativa por parte de las agencias europeas va conforme a los principios en materia de derechos humanos”.
A modo de breviario, Edward Snowden desató el revuelo internacional en mayo de 2013, cuando reveló que las agencias de inteligencia estadounidenses y británicas espiaban a miembros de la comunidad civil, empresas, transnacionales e inclusos mandatarios en un intento por fustigar la presencia del terrorismo a escala global.
Snowden, quien enfrenta cargos en Estados Unidos, igualmente precisó que toda una bagatela de compañías relacionadas con el comercios informático (Windows, Apple y Google incluidas) cuentan con mecanismos para interceptar la información del usuario, de manera que prácticamente cualquier dato no cifrado se encuentra a disposición de la NSA y el GCHQ.
El caso se recrudeció cuando, en junio de 2013, el analista acusado de traición por el gobierno norteamericano recibió asilo político en Rusia, de forma que las relaciones entre Moscú y Washington se enfriaron al grado de que se perfilaba un conflicto diplomático de grandes dimensiones.
Leer original en The Guardian