Hoja verde
Existen factores socioeconómicos que prevalen aún en el Guerrero en esta segunda década del siglo XXI, y que ancestralmente han orillado a la entidad a una pobreza lacerante que pone a prueba los buenos esfuerzos de gobierno en sus tres esferas: federal, estatal y municipal (educación, alimentación, justicia, seguridad). Romper con esas inercias y elevar el nivel de vida de todos los habitantes del estado, es un reto grande y generoso para cualquier gobernante.
Hoy en día, el Estado de Guerrero sigue inmerso en una grave crisis de seguridad, de pobreza lacerante y de falta de inversiones, algunos políticos guerrerenses, han declarado que la pobreza e inseguridad en la entidad, no han tenido una respuesta suficiente del gobierno federal ni del gobierno estatal, y efectivamente no descubren el hilo negro ni el agua tibia, las condiciones socioeconómicas de los guerrerenses están igual o peor que hace 50 años. Aunque sin embargo hay que admitir, existen programas asistenciales tanto federales como estatales que tratan de paliar la pobreza, pero no resuelven el problema de fondo. Se requiere un desarrollo integral de infraestructura, de servicios médicos y educativos, de proyectos económicos y sociales que logre que Guerrero supere el cabuz de desarrollo.
La pobreza es un fenómeno con carácter multidimencional; sin embargo, se ha agudizado con políticas basadas en ajustes de las economías presupuestarías, que no obstante que no han dado resultados en cuanto al crecimiento económico, además se han logrado elevados costos sociales . En este marco cabe mencionar que la pobreza no sólo se ha expresado en reducidos niveles de ingreso o de consumo de la gente, sino también se ha traducido en un escaso desarrollo humano, falta de expresión y representación, vulnerabilidad al abuso y a la corrupción, delincuencia, discriminación.
Son estos escenarios de violencia, inseguridad, de reclamos sociales e inestabilidad política los que prevalecieron en Guerrero hasta mediados de la década de los ochenta del siglo XX y que aún, en este tercer milenio, todavía afrontamos. A esta realidad se han tenido que enfrentar, los gobernantes de la entidad suriana, ya que es la segunda entidad más marginada del país, en la que ocurren más homicidios y en donde los indicadores de salud, educación y acceso a servicios públicos básicos son de los más bajos a nivel nacional, sólo superado por Chiapas.
El avance de México y de los estados más pobres, como Guerrero y Chiapas hacia la democracia, se han visto amenazados por un creciente desencanto entre la población, especialmente los más pobres, en torno a si han valido la pena las luchas sociales y hasta el costo incurrido para lograr el cambio, y si los instrumentos formales para el sistema democrático que se ha creado no ofrecen avances en el combate a |la pobreza y a la miseria de los pueblos entonces habrá que tener cuidado porque la mecha de un estallido social no seria nada remoto, la pobreza entonces no es novedad, faltan acciones concretas para combatirla.
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