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MÉXICO, DF., 28 de marzo de 2014.- Amado Yáñez Osuna, propietario de Oceanografía, intentó defraudar a la familia Hank en 2001. El empresario naviero, actualmente arraigado por la Procuraduría General de la República (PGR), solicitó a Grupo Financiero Interacciones (GFI), que encabeza Carlos Hank Rhon, un préstamo por 17 millones de dólares, informó Excélsior.
Fernando Solís Cámara, director general de Comunicación y Relaciones Interinstitucionales de GFI, confirmó a Excélsior que hace 13 años Yáñez Osuna hizo la solicitud del préstamo, cumpliendo en apariencia con todos los requisitos que impone esa firma para otorgar un crédito a una empresa.
“Afortunadamente, la experiencia de las personas que integran el Comité de Crédito hizo posible que pudieran detectar a tiempo que la documentación que utilizó Oceanografía era falsa y se pudo detener un fraude”, dijo Solís Cámara.
En ese sentido, señaló que “no hubo daño patrimonial” contra Interacciones, y por lo tanto no se hizo la denuncia ante las autoridades competentes, pero se procedió a imponer un veto categórico a Oceanografía.
De acuerdo con información de GFI, “el Comité Ejecutivo de Crédito –que detectó las irregularidades de Oceanografía–, es un órgano colegiado constituido por disposición del Consejo de Administración de Banco Interacciones, para coadyuvar en la toma de decisiones, respecto de las solicitudes de créditos y financiamientos presentados a las empresas del Grupo Financiero Interacciones (GFI) y a los diversos temas en los que se requiere evaluar la toma de riesgos de crédito”.
Con ese mismo modus operandi con el que Yáñez Osuna intentó obtener 17 millones de dólares de Interacciones, utilizando documentación fraudulenta, fue como el propietario de Oceanografía consumó un fraude en perjuicio del Banco de Comercio Exterior (Bancomext) en 2005.
En septiembre de 2005, Yáñez obtuvo de Bancomext, según el Órgano de Control Interno de ese banco, dos préstamos. Uno por 30 millones de pesos y otro por 25 millones de dólares. Por este hecho hubo un aviso a Pemex de que se estaba utilizando documentación falsa de la paraestatal para soportar los créditos y ello derivó en dos averiguaciones previas.
En el caso del Grupo Financiero Interacciones, el Comité de Crédito de esa institución simplemente vetó a Oceanografía para que la empresa naviera no pudiera tener en el futuro cualquier tipo de relación financiera con esa empresa. Solís Cámara informó que todo el personal que conoció del caso ya no trabaja en esa institución.
De acuerdo con Solís Cámara, los integrantes del Comité de Crédito de GFI fueron capaces de detectar que la documentación que Yáñez Osuna presentó no era real, gracias a que desde su origen Interacciones es un banco especializado en crédito a gobiernos estatales y municipales e infraestructura, así como a proveedores del gobierno federal.
Comentó que aunque Petróleos Mexicanos tiene 41 formas distintas de efectuar pagos a sus proveedores, el personal del Comité de Crédito de Interacciones fue capaz de detectar ciertas alteraciones en la documentación que presentó la empresa naviera como soporte para obtener el crédito.
Cuando Yáñez intentó defraudar a la familia Hank, Oceanografía, empresa fundada en 1968, empezaba a ser beneficiada por la obtención de distintos contratos de la empresa paraestatal.
Según consta en documentos, cuando le empresa Oceanografía solicitó el crédito a Interacciones, la naviera había estado a punto de que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) la embargara.
Técnica y prácticamente estaba en quiebra y había evadido el pago de impuestos.
Según los datos en poder de la Cámara de Diputados, en el año 2000, meses antes de la solicitud del crédito por 17 millones de dólares al banco de los Hank, Oceanografía le debía al SAT 21 millones 130 mil pesos y al año siguiente, justo cuando estuvo a punto de consumarse el fraude de Oceanografía a Interacciones, la empresa de Yáñez Osuna había saneado sus finanzas, pasando de un capital de millón y medio a 126 millones.
Actualmente las autoridades mantienen las indagatorias sobre fraudes de la naviera a otras instituciones bancarias.
Diputados insisten en ver casos vinculados
En espera de que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados acuerde crear una comisión investigadora de casos de corrupción en Petróleos Mexicanos (Pemex), el legislador del PRD Luis Espinosa Cházaro confió en que dicha instancia permitiría esclarecer los malos manejos que caracterizaron la relación de la empresa Oceanografía con la paraestatal.
Ante el hecho de que ya el Senado cuenta con una instancia destinada a revisar ese expediente, el legislador perredista consideró que la iniciativa de San Lázaro “no es un acto de protagonismo, sino de responsabilidad, para saber cómo se utilizan los recursos en la paraestatal”.
En entrevista, Espinosa Cházaro comentó que los diputados han solicitado datos, obteniendo como respuesta de las autoridades federales el señalamiento de que la investigación está en marcha, en proceso de absoluta secrecía.
Explicó que el artículo 93 de la Constitución faculta a esta Cámara para que haya una comisión que investigue y determine incluso nombres de los responsables en las situaciones de corrupción.
“No sustituye lo que la Procuraduría está haciendo, pero me parece que la magnitud del escándalo–hoy nos enteramos que hay 50 cuentas congeladas–, pues llama la atención de los representantes populares, en este caso de la Cámara de Diputados, para que se lleve a cabo la conformación de esta comisión”, justificó el legislador.
Comentó Espinosa Cházaro que esta semana se ventiló que Oceanografía y Pemex mantuvieron una estrecha relación comercial, a través de la cual los directores de su filial Exploración y Producción (PEP) conocieron y aprobaron 111 contratos con un valor de 38 mil 298 millones de pesos.