Teléfono rojo
Renuncias y fondos políticos
En poco menos de dos meses de haber tomado posesión como gobernante, Héctor Astudillo acumula un funcionario despedido y otro que estuvo a punto de irse.
Eso es sintomático de una sola situación: el pago de compromisos políticos ya no está sujeto a darle permanencia a quien no logra imprimirle a su chamba atención o ponerse de acuerdo; sino básicamente, a los resultados.
Es una buena señal, pero se convertirá en mala si se queda nada más en los funcionarios de nivel medio y bajo, pero sin tocar a los secretarios de despacho. En este sentido, hay que ubicar algunas vertientes concretas al respecto.
RENUNCIAS TEMPRANAS.- El gobernador priísta Héctor Astudillo parece decidido a ponerse las pilas en lo referente a la vigilancia y eficacia de sus funcionarios. Por eso se entiende que ocurriera muy temprano una renuncia al interior de su gabinete. Y otra se quedó cerca:
1.-La noche del 31 de mayo de 2013, Bonifacio Montúfar Mendoza renunció a la Secretaría de Seguridad Pública de Chilpancingo, en la cual se mantuvo durante seis años.
En ese cargo se le designó tras el asesinato del teniente coronel retirado del Ejército Mexicano, Artemio Mejía Chávez Cobra, quien fue ejecutado por un comando armado el 9 de mayo de 2007.
Bonifacio alegó motivos de salud. La renuncia ocurrió un día después de que el entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero anunciara una investigación contra ciertos secretarios de Seguridad Pública, pero sin precisar en específico contra quiénes.
En el naciente sexenio de Héctor Astudillo, Bonifacio fue designado como subsecretario de Administración, Apoyo Técnico y Desarrollo Humano de la Secretaría de Seguridad Pública estatal. Sin embargo, ha tenido diferencias irreconciliables con el titular de esa dependencia, Pedro Almazán Cervantes, quien lo habría mandado no a cumplir con su encargo, sino como subsecretario de los Centros de Readaptación Social (Ceresos).Y eso lo ha puesto al borde de la renuncia. Con todo, trasciende que a Bonifacio se le vio muy activo en el Paseo del Pendón que abre la feria de San Mateo Navidad y Año Nuevo en Chilpancingo.
2.-El pasado 17 de diciembre, el secretario de Protección Civil, Melquiades Olmedo Montes, renunció a su cargo. Y el gobernador Astudillo se la aceptó con gusto.
La causa: las omisiones en que dicho funcionario incurrió al no informar con prontitud ni acierto al ejecutivo estatal, en relación a la recuperación de 19 cadáveres en una barranca del municipio de Leonardo Bravo, en las inmediaciones de la comunidad de El Naranjo, el pasado 8 al 10 de diciembre.
Pero desde la perspectiva política, es un gancho al hígado contra el ex edil y actual secretario de Operación Política del CEN del PRI, Manuel Añorve Baños porque Olmedo Montes fue director de Protección Civil Municipal en el periodo en que Añorve se desempeñó como alcalde de Acapulco y era una de sus cartas políticas en el gabinete estatal tricolor.
Quizá por esa razón Añorve no asistió al tradicional desfile del Paseo del Pendón en Chilpancingo ni acompañó al mandatario estatal durante la inauguración de otro evento ese mismo día, en Acapulco.
La renuncia de Olmedo Montes se convirtió en el primer indicio de que la relación política entre la dupla Astudillo-Añorve comienza a marcar distancia y eventualmente, a ocasionar rupturas, porque cada uno de los dos maneja su personal proyecto de poder.
El punto más débil de esta relación será sin duda alguna, el desempeño de los funcionarios que están insertados en el gabinete estatal. Y ya corre fuerte el trascendido, en el sentido de que la directora de Comunicación Social, Erika Lürhs Cortés ya puso sus barbas a remojar porque la podadora política astudillista viene cortando parejo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Previo al popular Paseo del Pendón, tres camionetas Urvan del servicio público fueron quemadas y sus choferes levantados. Incluso, uno de ellos apareció decapitado.
Y ante ese tipo de eventos, la autoridad municipal encabezada por Marco Antonio Leyva Mena, se queda impávida y se limita a reconocer que son acciones de grupos rivales de la delincuencia organizada.
El alcalde de la capital llegará a sus cien días de gobierno cargando con el pasado lastre de la inactividad y la indolencia. Los hechos son tercos.