Arriesgan vida en puente colgante tras daños por John en Tierra Colorada
CHILPANCINGO, Gro., 26 de enero de 2014.- Para entrar y salir de Ocotito hay que identificarse plenamente, mostrar alguna credencial y esperar a que tu nombre no aparezca en la lista de los delincuentes más buscados.
Ninguna medida es extrema ni exagerada.
Durante los últimos meses la delincuencia organizada azotó a esta comunidad con una ola de secuestros, extorsiones, ejecuciones, levantones, cobro de piso y balaceras.
Por eso, el jueves 23 de enero más de mil policías ciudadanos de la UPOEG sitiaron la comunidad más grande de Chilpancingo y tomaron el control de la seguridad.
Para las 3 de la tarde, decenas de comunitarios armados ya cubrían todos los accesos a Ocotito, registraban los vehículos e identificaban a todas las personas que cruzaban los límites del pueblo.
Por la noche ya sumaban 13 detenidos, señalados por los pobladores de pertenecer a la delincuencia organizada y realizar labores de extorsión, secuestro, levantones y cobro de piso.
En vez de sumarse a los patrullajes para la detención de criminales, una agrupación del Ejército Mexicano detuvo una camioneta que transportaba a varios policías ciudadanos.
Los comunitarios amenazaron con armar una revuelta, las campanas de la iglesia sonaron para convocar al pueblo a una reunión urgente para respaldar a los policías de la UPOEG, el ambiente se tensó.
Antes de que anocheciera, el Ejército optó por liberar a los comunitarios.
La bodega de una casa materialista sirvió como base de operaciones y prisión preventiva a la Policía Ciudadana de la UPOEG.
Adentro, 8 sospechosos de pertenecer a la delincuencia organizada… Afuera, más de mil comunitarios armados y dispuestos a defender al pueblo.
Camionetas viejas de redilas, rifles de un sólo tiro, pistolas antiguas, campesinos con huaraches, rostros duros con rasgos indígenas.
La población de Ocotito no llamó al Ejército ni a la Marina Armada, tampoco a la Policía Federal y mucho menos a la Estatal.
La población de Ocotito llamó a los campesinos e indígenas que integran la Policía Ciudadana.
Los comunitarios realizaron operativos por todo el valle de Ocotito, detuvieron sospechosos, recibieron denuncias y apaciguaron el clima de violencia e inseguridad desde el primer día.
Sólo entonces, hicieron acto de presencia la Policía Federal y El Ejército con convoys impresionantes, que recorrieron únicamente la carretera federal pero no ingresaron al pueblo.
El viernes 24 de enero, un día después, 24 habitantes de Ocotito se incorporaron a la Policía Ciudadana de la UPOEG.
En una asamblea popular en la que participaron más de 200 habitantes, 18 hombres y 6 mujeres se sumaron al Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSYJC).
En la reunión, los pobladores respaldaron la presencia de la UPOEG, proporcionaron información sobre la ubicación de células delincuenciales y dieron nombres de varios integrantes del crimen organizado.
“Es un hartazgo el que vive el pueblo de Ocotito, ya no pueden seguir más tiempo de rodillas, por eso se están organizando y se están uniendo a la lucha en todo el valle”, expresó el comandante de la Policía Ciudadana, Octavio Maganda Gallardo.
“Que nos disculpe el gobierno, pero si no asumen el papel que les corresponde el pueblo tiene que defenderse con sus propias manos”, dijo.
Aunque el gobierno de Guerrero anunció un reforzamiento en la presencia de los cuerpos de seguridad de los tres niveles, no se presenció en todo el día ninguna patrulla del Ejército, Marina, Policía Estatal ni Federal.
El sábado 25 de enero a las 7 de la mañana, 150 elementos de la Policía Ciudadana emprendieron un operativo de localización de criminales; la población les informó el punto exacto en el que se resguardaban varios integrantes de la delincuencia organizada…