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MÉXICO, DF, 13 de diciembre de 2014.- En tiempos en que la imagen se ha convertido en el discurso dominante, donde cotidianamente las personas captan imágenes en teléfonos celulares y otros dispositivos, un análisis de lo que sucede en el país en la era digital móvil conforma la investigación doctoral de Liliana García Montesinos, de la Facultad de Artes y Diseño (FAD) de la UNAM.
Denominada Análisis de la fotografía en México frente a la era digital móvil, 2008-2014. Reflexiones, su tesis incluye fotoperiodismo; periodismo e información ciudadana; análisis de la sociedad civil y su área, generadora de contenidos que vinculan con blogs que sirven a la comunidad o colonia, donde se produce información que puede ser de utilidad a sus integrantes, entre otros aspectos.
Mediante un comunicado, la Máxima Casa de Estudios informó que a raíz de su trabajo, la universitaria considera que, de una forma u otra, la mayoría de la población está pendiente para enviar o recibir información e imágenes; la sociedad vive permanentemente atrás de las pantallas.
Para entender mejor este fenómeno, refirió la clasificación que, en este ámbito, se hace de la población: los nativos digitales, aquellos nacidos después de 1995; los migrantes, que llegaron al mundo antes de esa fecha y, por último, los analfabetos digitales, personas mayores de 50 años con un contacto mínimo con las computadoras y todo lo que de ellas se deriva.
De acuerdo al uso que se hace de la imagen en las redes sociales, se identifica al usuario, abundó. “Si todavía usa power point o genera un archivo pdf, es migrante. Seguramente los nativos digitales harán un podcast, video o un multimedia, pues ya no se conforman con imagen, necesitan sonido y algún tipo de gift o interacción que les resulte interesante o divertida”, detalló.
Otra forma para ubicarlos más allá de la edad, es que los nativos se comunican a través de las redes, pasan más tiempo frente a la pantalla de una computadora que de una televisión. Además, les resulta fácil manejar dispositivos y consultan tutoriales para desarrollar tareas.
Los migrantes hacen intentos por unirse a las redes sociales, establecen contactos, se esfuerzan por comprender qué ocurre; sin embargo, deben leer manuales para actualizarse. Son dos formas diferentes de ver la realidad en las actividades diarias, apuntó.
Los analfabetos digitales no han tenido aproximaciones a las tecnologías, necesitan ayuda de alguien más para hacer un correo y entrar a una red social; además, no les interesa ni desean pertenecer a estos nuevos grupos. Sobre este último punto, mencionó que en Sonora se han dado a la tarea de alfabetizar digitalmente a personas de la tercera edad.
“Es bueno, no lo dudo, sobre todo porque en la actualidad cualquier trámite se realiza por Internet”.
De los cuadernos, a dispositivos móviles Liliana da clases en la Academia de San Carlos, donde la mayoría de los alumnos son nativos que manejan las herramientas relacionadas a la era digital todos los días, buscan nuevos conocimientos y formas; otros tantos son migrantes, que se esfuerzan por incluirse en un correo electrónico, red social o blog.
En el análisis que lleva a cabo cita la forma de tomar apuntes: antaño, en salones de clases prevalecían cuadernos, plumas y lápices; ahora, con dispositivos móviles los jóvenes recaban datos de temas que ella desarrolla en el pizarrón como diapositivas.
¿No es falta de respeto que mientras expone, ellos manejen tabletas u otros dispositivos? “No, hay que entender la nueva forma en que los chicos interactúan con la tecnología. Muchas veces, mientras hablo en el salón de clases y cito un autor, una fecha o lugar, ellos hacen su aportación mientras revisan las redes”, respondió.
¿Los migrantes deben ser más tolerantes con esta situación? “Claro, si se habla de aminorar la brecha digital, no sólo se trata de una política pública, sino de interactuar, tratar de reaprender e integrarse”.
La fotografía en la era digital
Dentro de los nativos también hay ciertas diferencias, pues esta era no la vive igual un universitario de 20 o 24 años, que un niño de cinco. “Son diferentes formas de ver la vida a través de una imagen”.
Una nueva manera de interactuar con esta última es la fotografía, un medio de comunicación. “Hoy podemos dar testimonio de que estamos en un concierto o en un cumpleaños a través de la pantalla. En un restaurante es posible escuchar que cantan las mañanitas aunque el festejado esté solo, pero los demás graban la celebración en dispositivos”, indicó.
García Montesinos estimó que se podrían tener innovadoras implicaciones en torno a la imagen. “No podemos quedarnos con el purismo de la fotografía análoga, ni en el de la digital”.
“Antes la distribución de fotos se daba por dispositivos analógicos o digitales, se tomaban imágenes que se revelaban e imprimían. Hoy se hacen tomas para transmitirse, en tiempo real, en las redes sociales; cambió la concepción. Ahora tenemos fotógrafos y reporteros ciudadanos, y aunque los de oficio siempre van a estar en contra, es una realidad que no puede dejar de verse, pues es una forma de reaprender y una oportunidad de conocer la nueva manera de difundir la imagen”.
La universitaria ve lejana la desaparición de fotógrafos, cree que se trata de un reacomodo a través de los dispositivos. “Hoy la primera plana de algún periódico puede ser con una imagen cándida del usuario de una red social, pero no es un ejercicio profesional ni periodístico”.
Antes de escandalizarse, es bueno aprender nuevas tecnologías, seguir los cambios, actualizarse, pues aunque cueste trabajo, los migrantes pueden aprender para transitar esa vereda.
“Se debe voltear a ver los nuevos dispositivos como una posibilidad de entender lo que pasa en la sociedad. No sólo corresponde a la academia, que hace un análisis de una manera más formal, sino a la gente”, concluyó.