Crimen del presidente de feria en Chilpancingo no quedará impune: Evelyn
CHILPANCINGO, Gro., 21 de julio de 2014.- El comandante de la Policía Ciudadana de Palo Blanco, Johny Hernández López, advirtió que los criminales del cártel Los Rojos iniciaron un proceso de reacomodo y organización, para ingresar nuevamente a los pueblos del Valle de Ocotito, municipio de Chilpancingo.
Los Rojos, un remanente del cártel Beltrán Leyva, fueron expulsados del Valle a principios de este año, con la llegada del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana (SSYJC) de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).
Tras varios meses de paz y tranquilidad, el viernes 18 de julio, un comando armado ingresó a la comunidad de Palo Blanco y asesinó al empresario y policía ciudadano Wilbert Hernández López, hermano del comandante Johny Hernández López.
Este es el primer hecho de violencia por parte de la delincuencia organizada que se registra en Palo Blanco desde que la Policía Ciudadana tomó el control de la seguridad.
En entrevista exclusiva, el comandante Johny sostuvo que el asesinato de su hermano fue una acción directa de la delincuencia, contra el Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana.
Johny aseguró que los delincuentes iban sobre él, pero al no encontrarlo en la purificadora y embotelladora de agua, asesinaron a su hermano Wilbert.
“Es un golpe al movimiento, porque nosotros somos parte de ello y nosotros fuimos los responsables de traer acá a la UPOEG, nos aventamos un paquete demasiado grande. No nos rajamos, sabíamos que algo como esto tarde o temprano tenía que pasar, desgraciadamente nos descuidamos y en el descuido esas gentes se aprovecharon. Aquí lo único que queda es ir para delante y no rajarse”, expresó.
El comandante municipal reveló que él recibió amenazas cuando recién ingresó la Policía Ciudadana.
El 11 de febrero, el también excomisario recibió una amenaza de muerte mediante una carta anónima, tan sólo un día después de que la Policía Ciudadana localizó un laboratorio para el procesamiento de goma de opio.
Sostuvo: “El asesinato de mi hermano fue un ataque al sistema, desde antes ya nos habían dicho que nos iban a atacar, sobre todo en la frontera de Mazatlán y Palo Blanco… y lo cumplieron. Yo creo que el ataque era para mí, así lo veo, pero cuando Diosito no quiere, no se hace, no va a pasar nada, él no cumple antojos de locos. Y como no me encontraron se desquitaron con él”.
El comandante Johny recordó que Wilbert fue “su brazo derecho” desde que la Policía Ciudadana llegó al pueblo: “Siempre anduvo conmigo, siempre fue policía de los mejores en Palo Blanco. Gracias a él y a otros más logramos limpiar acá. Lo que pasó y lo que le hicieron a mí hermano es lo más triste y vergonzoso que le pueden hacer a los pueblos, no se vale que los gobiernos permitan que la delincuencia avance”, reprochó.
Advirtió que el asesinato de su hermano es sólo un adelanto de lo que le espera a los pueblos del Valle con el reacomodo de Los Rojos.
“Yo creo que se espera eso y más si no se pone un alto, porque esa gente se está reorganizando, ellos se dedican a delinquir y nada más se andan fijando en donde van a chingar, y la gente que les estorba tratan de quitarla”, sentenció.