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MÉXICO, DF, 28 de enero de 2015.- Conforme a la declaración ministerial de Felipe, ‘El Cepillo’ Rodriguez, un operador de la banda de Los Rojos pagó a José Luis Hernández Rivera, director de la escuela normal rural de Ayotzinapa, para que enviara a los estudiantes a realizar “desmadres” en el municipio guerrerense de Iguala el pasado 26 de septiembre de 2014.
‘El Cepillo’ dijo que el día de los hechos recibió una llamada del Gildardo ‘El Cabo Gil’ López, (lugarteniente de Sidronio Casarrubias y líder de Guerreros Unidos), quien le ordenó que “se moviera con su gente” a la entrada de Iguala para que “lo apoyara en un enfrentamiento con Los Rojos”, publican Milenio, La Jornada y Noticieros Televisa.
Siguiendo la orden, ‘El Cepillo’ se trasladó con Patricio ‘El Pato’ Reyes Landa y toda una bagatela de sicarios (El Chequel, El Wasa, El Primo, El Jona, El Bimbo, El Duvalin, El Huasaco y El Wereque) al punto denominado Loma de Coyotes, donde ya lo esperaban ‘El Cabo Gil’ y los mandos de las policías municipales de Iguala y de Cocula en 5 patrullas y una camioneta blanca de redilas de tres toneladas, donde tenían a un grupo de jóvenes. “Unos 25 ya iban muertos por asfixia y quedaban unos 15-18 vivos”, admite ‘El Cepillo’ en su declaración.
‘El Cepillo’ y su equipo abordaron el camión de redilas mientras la cuadrilla de ‘El Cabo Gil’ se dispersaba. Entonces, ‘El Cepillo’ comenzó a interrogar a un estudiante normalista (a quien denominaremos Normalista X), quien le reveló que su presencia en Iguala se debía a un encargo de ‘El Carrete’ (un integrante de Los Rojos en Morelos) y “quien a su vez había comprado al director Hernández de la escuela normal rural”, publica Milenio.
En su declaración, ‘El Cepillo’ advierte que, antes de llegar al tiradero de Cocula, golpeó al Normalista X y este le manifestó que “los desmadres” de Iguala se realizarían en coordinación con integrantes de Los Rojos. Entonces, ‘El Cepillo’ pidió a ‘El Pato’ que interrogara a los 18 jóvenes que le fueron entregados vivos; este eligió a 3 jóvenes al azar, quienes admitieron, efectivamente, ser estudiantes… pero ni ‘El Cepillo’ ni ‘El Pato’ creyeron en sus palabras y los ultimaron a balazos.
Posteriormente, ‘El Cepillo’ y sus hombres “dieron piso” al resto de los muchachos (incluido el Normalista X, quien fue marcado con una “X” en la espalda cuando se encontraba sometido en el basurero de Cocula) y ‘El Pato’ quedó al cuidado de deshacerse de la evidencia e incendiar los cadáveres, mientras ‘El Cepillo’ se trasladaba a la casa de ‘El Cabo Gil’ en Iguala.
“’El Cepillo’ abordó su camioneta, y en el trayecto se encontró a un sujeto apodado ‘El Pelón’, quien lo condujo a la “casa de gallos” de ‘El Cabo Gil’”, publica Milenio al añadir que, en ese lugar se encontraban el subdirector de la policía municipal de Cocula, César Nava González acompañado de 8 uniformados más.
‘El Cepillo’ confesó todos los pormenores de lo ocurrido al Jefe de Policía de Cocula, poniendo especial hincapié en los dichos del Normalista X, es decir, que el director Hernández de la escuela normal rural había enviado a los jóvenes “hacer desmadres” en Iguala en coordinación con Los Rojos, ello por órdenes de ‘El Carrete’.
‘El Cepillo’ escuchó posteriormente un relato del Jefe de Policía de Cocula: resulta que dos días antes (el 24 de septiembre) ‘El Carrete’ se presentó con el oficial para pedirle “tregua” y que el Normalista X estaba haciendo “desmadres” en Iguala en una camioneta tipo Suburban blanca, que era de Los Rojos, ello pues el hermano del Normalista X habría sido asesinado en el municipio guerrerense de Eduardo Neri en junio de 2014 (para leer la nota original, siga este enlace).
‘El Cepillo permaneció en casa de ‘El Cabo Gil’ hasta las 9:00 de la mañana del 27 de septiembre haciendo guardia. Después se fue a dormir a su propia residencia y se levantó a las 17:00 horas, cuando entonces “decidió ir a comprar refrescos y cervezas para sus muchachos en el basurero de Cocula”, precisa Milenio.
Una vez que llegó vio que todavía no se apagaba el fuego y que había mucha ceniza, ello pues ‘El Pato’ habría colocado por lo menos 43 cadáveres en una plancha de llantas, los habría rociado con diésel para acelerar el proceso de calcinación y ahora ardían incontrolablemente.
Más tarde, ‘El Cabo Gil’ llamó por teléfono a ‘El Cepillo’ y le ordenó que recogieran todos los restos carbonizados y los tiraran al río San Juan, de manera que ‘El Pato’ fue el encargado de ir a comprar las bolsas en el municipio de Cocula.
En ese sentido, Milenio precisa que los normalistas de Ayotzinapa no fueron los únicos calcinados en el basurero de Cocula por Guerreros Unidos, ello pues ‘El Cepillo’ aseguró que dos meses antes, en julio, ‘El Chuky’, a quien identificó como otros de los jefes de su organización criminal, lo llamó para entregarle 2 integrantes de Los Rojos (un vendedor de drogas y un sicario).
Finalmente, ‘El Cepillo’ narró en sus confesiones que ‘El Cabo Gil’ visitaba cada semana al presidente municipal de Cocula, César Miguel Peñaloza Santana, así como al subdirector de la policía de esa localidad, César Nava, quien le reportaba dónde iba a colocar sus “filtros” y a efectuar operativos.
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