Sufren mujer y un menor de edad accidente en parachute en Zihuatanejo
CHILPANCINGO, Gro., 16 de julio de 2014.- La última vez que vio a su hijo era de noche. Antes de cruzar la puerta, él se giró hacia su madre y le dijo que volvería en unos minutos, pero ya no regresó.
Este martes, la madre de Francisco Benítez Ramírez marchó por las calles de Chilapa de Álvarez para exigir la presentación con vida de su hijo.
De origen indígena, baja estatura, pelo negro y largo, la mujer caminó durante una hora por las calles ardientes y polvosas de la cabecera municipal.
El pesar y la desesperación por la pérdida de su hijo fue evidente en su andar.
Durante varias cuadras arrastró sus pies pequeños, protegidos únicamente por unos guaraches de elaboración artesanal.
Su rostro es evidencia fidedigna del dolor, que externó con llanto durante y después de la marcha.
“Mi hijo está desaparecido y no se nada de él”, comentó después a varios reporteros que se acercaron para conocer su historia.
Su hijo, Francisco Benítez Ramírez, es una abogado de 28 años que presidía el grupo financiero indígena Matotlanejtikan Tomin, que en nahuatl significa “Te presto dinero”.
La noche del lunes 7 de julio, todo marchaba con normalidad.
Cerca de las 9 de la noche, Francisco avisó a su madre que saldría para cerrar la oficina, lo que le tomaría sólo unos minutos y regresaría de inmediato a la casa.
Se despidió brevemente, abrió la puerta y salió.
“Me dijo mamita ahorita vengo, pero ya no regresó y yo lo sigo esperando”, relata entre lágrimas la madre.
Esa noche se desató el infierno en las calles del municipio indígena, enclavado en la Montaña guerrerense.
Una serie de enfrentamientos entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada bañaron de sangre las calles de Chilapa.
El saldo de dos días de enfrentamientos fue de 14 muertos y al menos una decena de desaparecidos.
Entre los desaparecidos está Francisco Benítez Ramírez, quien tuvo la mala suerte de salir de su casa justo antes de que se desataran los enfrentamientos.
Su madre relata las consecuencias de esa noche: “Cuando hubo la balacera se llevaron a mucha gente, yo hasta la vez no se nada de mi hijo, él es un joven, es abogado, tiene una profesión y no hace cosas indebidas, no se mete con nadie. Aun no se nada de él, le llamó a su celular pero no contesta”.
La mujer, quien omitió su nombre por miedo a represalias de la delincuencia, pidió clemencia para su hijo.
“Yo soy una madre que necesita abrazar a su hijo, quiero a mi hijo de regreso, le pido a las autoridades que por favor lo busquen”, expresó entre llanto.
De fe evangélica, la mujer busca ayuda en la religión, no sólo para su hijo, sino también para los criminales que se lo llevaron: “Le pido a Dios que me devuelva a mi hijo, que tenga misericordia de el y que tenga misericordia de los delincuentes, que sean transformados, porque solamente Dios puede cambiar a las personas por tanta maldad que han hecho”.
Al preguntarle si teme que su hijo ya no esté con vida, la madre respondió: “Miedo no, si es preferible morir ni modo, si Dios así lo permite, pero los malvados no son autores de la vida, Dios da la vida y el la quita, él sabe cuando”.