Sin mucho ruido
La política no puede ser puro pragmatismo o intercambios. Hay límites donde la barrera son los principios. En la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano en el Congreso de Guerrero no podemos respaldar lo que no tiene justificación y constituye un exceso inadmisible.
Así lo hicimos en la elección del Fiscal General del Estado y el tiempo nos está dando la razón.
En el caso de la nueva Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Guerrero (la Ley Saldaña), votamos en contra porque es una ley con dedicatoria y hecha a modo para que el actual rector Javier Saldaña se reelija en forma inmediata y para que siga manejando los cuantiosos recursos de la institución como si fueran de su propiedad, con total falta de transparencia y sin ningún freno para enriquecerse y para su personalísimo proyecto político.
Del año 2013 que asumió el cargo de rector al presente año suman más de 8 mil 600 millones de pesos los recursos que maneja provenientes solamente de los recursos contemplados en los presupuestos de egresos aprobados por el Congreso Local.
La Uagro, bajo la gestión de Saldaña, está reprobada en transparencia, según informes y monitoreos de la Auditoría General del Estado y del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos personales del Estado (Itaigro).
Hasta el día de la aprobación de la Ley Saldaña, consultando la página web de la Universidad prácticamente faltaban los datos más relevantes de la gestión presupuestal. Es decir, se opera con una gran opacidad y de manera totalmente discrecional.
Subrayamos que no estamos en contra de la reelección, sino de la reelección inmediata.
Cuando se reformó la Constitución federal para permitir la reelección de legisladores federales y locales y ayuntamientos se cuidó en todo momento que la reelección no se aplicará en forma automática y que los legisladores o alcaldes en funciones, al momento de la reforma no se beneficiarán en forma inmediata de la reelección.
Muy distinto a lo que se hizo ahora en el caso de la Universidad Autónoma de Guerrero con esta ley que prácticamente es un cheque en blanco para la reelección del actual rector.
No caemos en el garlito de que no es automática la reelección porque supuestamente habría competencia, si es claro que tienen todo arreglado y ejercen en forma discrecional el presupuesto de la Universidad para comprar voluntades.
Es una ley con dedicatoria, conservadora y reeleccionista, un traje a la medida para que se mantenga en el cargo el actual rector. Es una ley para la nomenclatura que tiene el control de la Universidad, porque incluso los directores de las unidades académicas se reelegirían manteniendo el orden establecido, el estatus quo. Por esa razón votamos en contra de la Ley Saldaña.
Hay quienes argumentan la autonomía universitaria para justificar esta atrocidad. Pero no olvidemos que la autonomía no es sinónimo de libertinaje ni un salvoconducto para cometer excesos.
Por esa razón el constituyente permanente estableció que esta ley pase por el tamiz del Poder Legislativo. Sólo el Congreso está facultado constitucionalmente para aprobar las leyes. Esa es su facultad soberana, y en este caso que se presenta un exceso debiese ejercerse.
Desafortunadamente la mayoría integrada por el PRI y PRD y sus aliados no hizo uso de las facultades y avaló la Ley Saldaña.
Por nuestra parte seguiremos actuando del lado de la ciudadanía atendiendo los temas que le afectan, procurando construir un mejor estado, no obstante los intereses que frenan su desarrollo.
*El autor es coordinador de la Fracción Parlamentaria de Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado de Guerrero.