Pide obispo Vera a Astudillo atender a organizaciones
08 de febrero de 2016
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18:58
Ger Trani/Quadratín
ACAPULCO, Gro., 8 de febrero 2016.- El obispo de Saltillo, Raúl Vera López pidió al gobernador Héctor Astudillo Flores atender las necesidades de las comunidades y organizaciones sociales en Guerrero, ante lo cual la Iglesia sería una mediadora para que esto suceda.
Entrevistado en el Aeropuerto Internacional de este puerto tras reunirse con el gobernador y concluir su visita a Guerrero, Vera López señaló que Guerrero está peor que cuando fue obispo de Altamirano.
El prelado católico habló sobre una reunión privada que tuvo con el gobernador Héctor Astudillo Flores, de la que dijo “fue para plantear las necesidades que las comunidades y sobre todo las organizaciones sociales que es con quien nos estamos encontrando”.
Aseveró que el tema de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa es un mensaje para la nación, ya que los conflictos sociales y la situación de violencia que se viven en Guerrero dan el mensaje “de mantener la impunidad y sobre todo crear el horror contra la gente”.
Asimismo dijo que actualmente en la entidad se viven violaciones a los derechos humanos, mucha pobreza, así como una situación “más restringida para los pobres”, por lo que su visita a esta entidad fue para “ser testigo de la situación que se está viviendo aquí”.
“Hoy Guerrero vive en un contexto peor en México. Cuando yo viví aquí (en Guerrero), México no estaba como está ahora, hoy es mucho peor, es mucho peor la situación”, dijo el obispo cuando se le preguntó sobre la impresión que se llevaba del estado.
Vera López fue obispo durante casi una década de la diócesis de Ciudad Altamirano, en la Tierra Caliente del estado, azotada por la violencia del crimen organizado.
Allí estuvo de 1988 a 1995 y se le recuerda por haber fundado el centro social Monseñor Juan Navarro Ramírez. Posteriormente fue nombrado por el Papa obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde al lado del titular de la misma Samuel Ruiz García trabajó en el proceso de paz tras el levantamiento zapatista.