Tendrá Premier Pádel de Acapulco proyección en 219 países
MÉXICO, DF. 28 de enero de 2015.- Han pasado poco más de cuatro meses desde el ataque que sufrió el equipo Avispones de Chilpancingo de Tercera División durante ‘la noche de los borrados’ en Iguala… y esta tarde, en punto de las 12:00 del día, convirtieron la desazón del pasado 26 de septiembre en un jologorio futbolístico al batirse en contra de la sub 71 de Pumas.
Aunque la escuadra guerrerense fue derrotada por un marcador final de 2 a 0, según reporta Milenio, el equipo se dice lleno de vitalidad y listo para arrancar la segunda vuelta de la Tercera División, en la que el sábado los Avispones se medirán de nuevo al conjunto de Iguala.
Facundo Serrano, director deportivo de los Avispones, recuerda en entrevista con Milenio aquella noche como “un amargo momento, es algo que va a quedar para siempre y está en nosotros seguir adelante y sobreponernos. Ahora, jugando las secuelas de aquella noche han sanado”.
Pero poco a poco, van sanando heridas psicológicas de aquella noche en que 43 estudiantes de magisterio fueron calcinados, el chofer que trasladaba al equipo fue privado de la vida y el alegre quinceañero mediocampista, David Josué García Evangelista, vio sus sueños apagados, se traducen en garra para vencer en el juego de la vida.
Los 12 heridos el 26 de septiembre se reintegraron al plantel y las huellas psicológicas siguen tratándose, advierte Facundo Serrano, quien resultó herido por esquirlas que se le incrustaron en el cuerpo (la mayoría en la espalda) y necesitó de cirugía para que le extrajeran dos de ellas. Sin embargo, tendrá que vivir con una esquirla en su cuerpo, ya que los médicos le han dicho que “está incrustada en el primer hueso de las costillas” y es difícil extraerla de esa zona porque “se puede colapsar el pulmón”.
El también director deportivo de Los Avispones dijo que el gobierno de Guerrero les obsequió un autobús que ya está rotulado para que los identifiquen y no vuelvan a sufrir otro incidente como el del 26 de septiembre, en el que fueron confundidos con normalistas por policías de Iguala, y aunque aceptó que cada vez que salen de viaje siente temor de que otro hecho violento pueda ocurrir, se dice dispiesto a salir avante por sus compañeros.
Leer más en Milenio