Vinculan a proceso a 7 por uso de armas y drogas en Coyuca de Benítez
CHILPANCINGO, Gro., 24 de junio de 2015.- Deudos de los médicos y abogado desaparecidos en días pasados afirmaron este miércoles que los cuerpos localizados en Santa Bárbara no corresponden a sus familiares, después de acudir a la identificación al Servicio Médico Forense.
En conferencia de prensa sostuvieron que no existe relación “ni en peso ni en estatura”, sobre todo por el avanzado estado de descomposición que no tendrían los trabajadores de Salud, de ser el caso.
Elizabeth, hermana de Julio César Mejía Salgado, el abogado desaparecido, se unió al rechazo y pidió a la autoridad “que no diga cosas que no son”, ya que “no hay pruebas para determinar” la muerte de los médicos.
“No pueden lavarse las manos y decir que son ellos, tienen que investigar. Solicitamos seriedad y el apoyo del gobierno del estado y la presidencia de la República. Son profesionistas no son delincuentes”
En la reunión con los medios de comunicación, esta tarde, dijeron que los familiares más cercanos fueron al Semefo de Chilpancingo donde les tomaron pruebas de ADN para establecer relaciones con las muestras óseas que obtendrán de los cuerpos.
María Guadalupe Reséndiz, esposa de Raymundo Tepeque, pidió respeto y prudencia a los medios de comunicación que publicaron la confirmación de la muerte de los desaparecidos cuando no existe fundamento.
Vicios en la investigación
De acuerdo con el portal Bajo Palabra, los cadáveres localizados fueron enterrados y posteriormente depositados en la caja de la camioneta donde la autoridad los encontró. Así los sostuvo Romualdo Hernández, familiar del médico desaparecido Marvin Hernández.
Romualdo puntualizó que la información preliminar que ofrecieron a los familiares fue que los cuerpos “fueron semienterrados” y posteriormente exhumados, y colocados en la caja de la camioneta dónde los localizaron.
Hernández evidenció posibles vicios en las primeras pesquisas que llevó a cabo la Fiscalía General del Estado toda vez que “la forma en la que se encontró el vehículo no tenía más que un disparo de calibre 22 y roces de esquirlas de una escopeta que, se entiende, accionaron contra el neumático trasero.
“Pero a nosotros se nos hace muy sospechoso porque repararon el neumático y le pusieron la llanta de refacción, y en esas condiciones llegó el automóvil a Acapulco” al día siguiente que fue reportada la desaparición de los trabajadores, es decir el sábado pasado.
Evidencia de tortura
Fuentes del Servicio Médico Forense indicaron que los cuatro cuerpos, a la espera de identificación, tienen visibles huellas de tortura. Por lo menos de uno de ellos fue asesinado hace más de tres días.
Con información de Uriel Sánchez y Bajo Palabra