Choque deja una lesionada en el entronque a Ixtapa
LOS MOCHIS, Sinaloa, 11 de enero de 2016.- Durante la última noche en la casa donde se refugiaba Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, hubo fiesta, mujeres, comida, alcohol, balas y sangre.
La residencia en la calle de Boulevard Jiquilpan número 1002, en el fraccionamiento Las Palmas, fue el escenario de un fuerte enfrentamiento tras la conclusión de una fiesta, donde los balazos sustituyeron a la tambora la madrugada del pasado 8 de enero.
El intercambio de balas alertó a más de un vecino. Algunos pensaron que se cometía un secuestro, otros que era una riña entre bandas rivales, pero nadie se imaginó que se efectuaba el operativo “Cisne Negro”, con el objetivo de recapturar al Chapo Guzmán.
“Claro que se escuchó la balacera, pues si los tengo aquí enfrente, era muy temprano, se escucharon balazos, gritos, golpes y hasta granadazos, cuando no paró todo esto nos refugiamos en un cuarto de servicio que está al fondo de nuestra casa.
Puedo decir que si duró como poco más de media hora, pero nosotros salimos 15 minutos después de que acabó, me asomé por la ventana y me di cuenta de camionetas, patrullas y hasta helicópteros que sobrevolaban la colonia, la verdad que nunca imaginé que el Chapo fuera mi vecino, qué horror”, comentó María Gámez, de 65 años de edad.
El fraccionamiento Las Palmas es considerada una zona de clase media alta, cuenta con avenidas importantes y tiendas de autoservicio, servicios básicos indispensables para un área bien ubicada, además de que los patrullajes de Policía Municipal no eran tan constantes, lo que reflejaba que no era una colonia problemática.
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