Sin mucho ruido
No circula: otro apretón a los cumplidos
Que alguien haga el favor de explicar cómo va a bajar la contaminación si dejan de circular vehículos… que no contaminan.
O que nos digan por qué se hizo la norma que autorizaba circular diario a los coches con calcomanía 0 y doble cero, pues supuestamente no echaban a la atmósfera emisiones contaminantes.
La medida anunciada ayer de que todos los coches, independientemente de su año u holograma, van a dejar de circular un día a la semana, es para atenuar el tráfico y sólo mínimamente para bajar la contaminación.
Se trata de bajar el tráfico, pues han seguido autorizando desarrollos habitacionales sin nuevas vías de comunicación.
Y es tirar la toalla ante la corrupción de los verificentros. No pudieron con ellos.
Tampoco pudieron contra los autobuses y camiones de carga que son verdaderas chimeneas de vapores tóxicos.
El camino fácil ha sido castigar al ciudadano que tiene un vehículo y cumple con las leyes ambientales, en lugar de meter al orden a los que contaminan pero tienen poder para enfrentarse a la autoridad.
Dicen que con la obligación de dejar de circular un día a la semana, van a salir un millón de vehículos de las calles.
Se trata de una verdad a medias. Hace algunos meses dieron carta blanca a la circulación de todo tipo de vehículos en la capital del país, con el argumento de que restringirla era violatorio del artículo 1 de la Constitución.
Con ese acuerdo se añadieron 600 mil coches a la circulación diaria en la Ciudad de México.
Es decir, con la disposición anunciada ayer, sólo habrá 400 mil vehículos menos de los que había hace meses atrás.
La conclusión es que tendremos un poco menos de tránsito vehicular y los grandes emisores de contaminantes van a seguir en las calles.
Ayer El Financiero presentó un estudio de Kate Blumberg, del Consejo Internacional de Transporte Limpio, en el que señala a transportes de carga y púbicos como los causantes del 80 por ciento de la contaminación ambiental.
Ahí no se aprietan las tuercas. El transporte está compuesto por verdaderas mafias que no gastan en el mantenimiento de las unidades para evitar la contaminación.
Si pasamos por Reforma o Insurgentes seguramente veremos autobuses en buenas condiciones, pero no es lo mismo en Iztapalapa, Chimalhuacán, Neza, Valle de Chalco y un largo etcétera.
¿Quieren ver fuentes de contaminación? Que las autoridades vayan a la salida a Puebla y se darán cuenta de que los estudios científicos que señalan a parte del transporte público y de carga como las principales fuentes de polución, son ciertos.
Claro, para frenarla habría que enfrentarse a las mafias de dueños de camiones, microbuses, combis y transportistas de carga que no gastan en afinar sus unidades.
Y habría que quitarle la concesión de los verificentros a los que pasan a todo tipo de vehículos a cambio de una mordida.
Toda esa tolerancia hizo crisis, y como no pueden con ellos aprietan al ciudadano cumplido.