Médula
Los Chuchos repitieron la dosis. Tal y como ocurrió hace un par de semanas en el Consejo Nacional, la corriente dominante de Nueva izquierda casi casi se llevó el “carro completo” en la selección de candidatos a las jefaturas delegacionales y diputados locales para el Distrito Federal; quedó pendiente Tlalpan donde habrá humo blanco hasta el 10 de marzo.
Miguel Ángel Mancera logró armar una alianza con Los Chuchos; dejó al ex poderoso René Bejarano con las migajas del pastel sin cereza.
El impresentable Señor de las Ligas apenas conservó el dominio en Álvaro Obregón (con María Antonieta Hidalgo), Azcapotzalco (con el cuñao Antonio Padierna Luna) y Benito Juárez (con Dinorah Pizano). Iztapalapa ya no será bejaranista; el antiguo enclave de Izquierda Democrática Nacional ahora se reparte con la Vanguardia Progresista patrocinada por el Jefe de Gobierno, aunque la delegación más populosa de la capital parezca estar destinada a convertirse en propiedad privada de la esperanza Morena.
El verdadero golpe mortal fue colocado en pleno corazón de la CDMX. El Jefe Delegacional en Cuauhtémoc –con licencia– Alejandro Fernández –nada que ver con El Potrillo– cambio de bandera sobre la marcha; abandonó al profe Bejarano para unirse a las filas manceristas. Fernández no perdonó el apoyo bejaranista al rojo amanecer de María Rojo, cuya precandidatura quedó huérfana… y será rojo anochecer.
La guerra tribal está desatada; si hace una semana el despechado René Bejarano arremetía sin piedad contra el cacicazgo de Carlos Navarrete, hoy carece de pretextos para mantener las formas; ¿alguna vez las tuvo?
Minimizado en el reparto de las rebanadas políticas, el dueño de IDN aún tiene fichas para apostar en el juego electoral; su playera es amarilla, pero sus intereses –por obsesión y decepción– podrían migrar al área chica de su ex jefe Peje; darlo por muerto pese al izquierdazo a la mandíbula, sería un error.
EL MONJE LOCO: El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra; el perredismo, más. De callada manera se les coló en las listas de candidatos plurinominales la michoacana Nalleli Julieta Pedraza Huerta, hasta que la “maldita” prensa descubrió que es la esposa del ex alcalde de Lázaro Cárdenas, Arquímides Oceguera, preso desde el año pasado por complicidad incondicional con La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios. Ni modo, la portación de marido prohibido también es delito… y pecado mortal.
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