Derrapa joven al circular en su moto en Ometepec
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de febrero de 2016.- “Si voy por la calle y me asaltan quizá me hieran o me hagan algo más. Aunque esto deja consecuencias graves, es algo que ocurre sólo una vez. En la violencia de pareja o doméstica el enemigo vive conmigo, es parte de mi cotidianidad. En este caso, la agresión no sólo es intensa, sino también frecuente, es un daño sostenido”, indicó Dolores Mercado Corona, de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, informó la máxima casa de estudios a través de un comunicado.
Cualquier tipo de violencia es dañina, ya sea física, económica o sexual, pero la psicológica es más perniciosa, “porque hay tensión y miedo de que suceda de nuevo”.
Es la más común porque es la primera que aparece en las relaciones de pareja, antecede a otros tipos y pudiera ser un ensayo en el que se aprende a transgredir los límites del respeto y así pasar a otros tipos, agregó la especialista, con motivo del Día de San Valentín.
La psicológica surge de la interacción y es fácil ejercerla porque el instrumento es el propio cuerpo: gestos u omisión de acciones, y como la mayor parte de las veces es verbal, se expresa con devaluaciones, insultos, falta de respuesta e ignorar a la persona agredida.
“Además, no deja huellas visibles y puede pasar tiempo para que el receptor o víctima tome conciencia de que esas acciones son inaceptables”.
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