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CIUDAD DE MÉXICO, 19 de marzo de 2016.- A lo largo y ancho de la república mexicana, sitios arqueológicos se preparan para recibir la noche de este sábado al equinoccio de primavera, un fenómeno que es observado por millones de personas.
El equinoccio, que sucede dos veces al año, tendrá lugar este 19 marzo a las 22:30 horas, cuando el Sol forma un eje perpendicular con el Ecuador de norte a sur. El de otoño ocurre al encontrarse nuevamente con el Ecuador de sur a norte.
En la actualidad, el equinoccio de primavera y otros fenómenos son contemplados en diferentes sitios como Yucatán, Querétaro, Zacatecas, Puebla, por citar sólo algunos.
En el área maya, el más popular es “el fenómeno del juego de luces sobre la alfarda de la escalinata del edificio de El Castillo en Chichén Itzá”.
De acuerdo con Ernesto Vargas Pacheco, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la UNAM, en el calendario mesoamericano, el de primavera era más que un cambio de estación; para los mayas este evento astronómico significaba la planeación de la siembra.
“Lo relacionaban con el renacimiento porque marcaba el inicio de la temporada de crecimiento y reverdecer de la naturaleza; mientras que el de otoño indicaba el momento de la cosecha”, explicó Vargas Pacheco.
De acuerdo con Johanna Broda, del Instituto de Investigaciones Históricas (IIH), la cosmovisión es “la visión estructurada en la que los antiguos mesoamericanos combinaban de manera coherente sus nociones sobre el medio ambiente en que vivían, y sobre el cosmos en que situaban la vida del hombre”.
Así, la astronomía y los calendarios mayas son resultado de la observación constante y repetida de la naturaleza, acción que les permitió predecir y orientarse en ciertas situaciones, como en el caso de la siembra.
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