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Teléfono Rojo
Gibraltar es un pequeño territorio británico de ultramar, con solo siete kilómetros cuadrados y una población de 30 mil habitantes, es uno de los centros financieros más importantes de Europa, libre de impuestos. Una pequeña fracción de tierra de un kilómetro lo une a España, la que reclama para su soberanía desde hace tres siglos. Hoy su futuro es incierto. Tal vez esta provincia sea la más afectada a raíz del Brexit.
El Brexit es una abreviatura formada por dos palabras: Britania y Exit, designa el episodio de este país de abandonar la comunidad a la cual pertenecía desde hace 43 años (ingresó en 1973), que en ese entonces se llamaba Comunidad Económica Europea (CEE) creada en 1957 en Roma.
La Unión Europea (UE) es una asociación económica y política que engloba a 28 países, cuyo propósito es permitir el libre tránsito de mercancías y servicios, personas y capitales; y en el terreno político, evitar las conflagraciones entre naciones.
Con el referéndum planteado a los británicos el pasado 23 de junio en el que la votación por el Brexit fue cercana al 52% contra el 48% de los que sufragaron por la permanencia, el Reino Unido evidenció a una sociedad dividida en política, en geografía y en edad. Vale la pena resaltar que los jóvenes, en su mayoría, votaron por la permanencia en la UE porque les significaba mayores oportunidades laborales. En contraparte, muchos conservadores que impulsaron el sufragio a favor del Brexit basan su argumento en el hecho de que el Reino Unido debe tener un mayor control fronterizo para reducir el flujo de inmigrantes que llegan al país en busca de trabajo.
Hoy, la decisión tendrá sus daños colaterales, que empezó a reflejarse en los mercados financieros a partir del día siguiente del evento. Pero, sin lugar a dudas los que resentirán más en su vida diaria serán los gibraltareños pues en su territorio están enclavadas miles de empresas e instituciones bancarias con una privilegiada actividad financiera por toda Europa. En pocas palabras es un paraíso fiscal que podría sufrir el boicot de España si se le ocurriera cerrar la frontera o la verja como la llaman los españoles, o si el Reino Unido no puede negociar con la UE su relación como miembro libre.
Aunque es prematuro visualizar el verdadero impacto del Brexit en las economías del mundo, podríamos afirmar que afortunadamente México no es Gibraltar, porque de serlo, estaríamos expuesto a un eminente tsunami capitalista que en las condiciones sociales imperante, se convertiría en pesadilla.