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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 9 de febrero de 2024.- La federalización de los servicios de salud en San Luis Potosí bajo el esquema de IMSS- Bienestar trajo consigo una serie de irregularidades laborales para el personal que se desempeña en diversas áreas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entre otras, la exigencia de que enfermeros y enfermeras deban atender a más de 25 pacientes de manera simultánea durante su turno, la precariedad en el abasto de medicamentos e insumos -que incluso terminan pagando de su bolsa- y el acoso de coordinadores, jefes de área y jurídicos cuando alguien protesta por estas anomalías, al grado de manipular información administrativa o laboral para despedirlos en condiciones poco o nada lícitas.
Esa es la historia de Sandra Alemán Arellano, madre de familia y enfermera con una antigüedad de 14 años en el IMSS, cuyo nombre se viralizó a inicios de la pandemia de Covid 19 porque fue blanco de una golpiza a causa de la psicosis que había contra el personal médico; tras haber pasado por todas las áreas y luchado arduamente durante la crisis sanitaria que dejó a San Luis Potosí con siete mil 731 muertes, el Instituto que dirige Zoé Robledo Aburto en México y presume buscar un esquema de salud al nivel de Dinamarca, busca liquidarla con nueve mil pesos.
La afectada denuncia que, desde el mes de noviembre, justo cuando el otrora titular de los Servicios de Salud, Daniel Acosta Díaz de León, fue nombrado Coordinador Estatal del Órgano Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar, el hostigamiento aumentó al grado de no recibir el pago de su quincena sino hasta diciembre del año pasado, cuando le notificaron que llegó un cheque a su nombre por la cantidad de 82 pesos (una ironía: el 82 por ciento de la población pretende atender este esquema en el país).
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