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Médula
Nepotismo puro en la lista de regidores del PRD
La nueva Mafia del Poder local en Guerrero, el PRD, ya negoció todo en familia y para la familia. Nepotismo puro, pisoteando y acabando de enlodar lo que para algunos fue la esperanza del cambio y por lo que dieron la vida centenas de guerrerenses.
¿Vale dar la vida por los ideales para que mafiosos disfruten para sí poder y riquezas?
Pasada la contienda de lodo interna todos los perredistas se pusieron de acuerdo. Otros se fueron buscando el hueso llevando consigo el virus que enfermó al casi difunto PRD, mientras los ciudadanos observan resignados el espectáculo de la corrupción y haciendo fila para salir a votar de nuevo. ¿Por ellos?
El pastel acapulqueño que disfruta la familia Velázquez Aguirre y que planea seguir degustándolo en un festín para insaciables, si los ciudadanos y transas electorales se lo permiten, quedó de la siguiente manera. Si todo sale de acuerdo con sus planes, que parece no es por ahí, así quedaría el mapa del poder para estos comerciantes:
La regiduría número uno, para la esposa del presidente estatal del PRD Ricardo Barrientos, quienes el pasado fin de semana celebraron rumbosa fiesta en la exclusiva discoteca Believe. Para creerlo, pero ahí estos neo izquierdistas de papel periódico festejaron, con sus socios y cuates, en el más estricto conocimiento conceptual del significado de conciencia de clase, las 15 primaveras de su hija, con guión y producción de telenovelas estilo el Canal de Las Estrellas.
Por cierto, el lugarcito con vista a la bahía, se lo rentaron a “su enemigo de clase”, Ricardo Taja, candidato del PRI a la Presidencia Municipal, uno de los socios de este templo de cultura local que gusta frecuentar la oligarquía cevichera, y quien ya festeja de gusto por lo que ocurre en la supuesta oposición acapulqueña.
Pero para no desviarnos y sabiendo que ustedes mis dos lectores, el editor y director de Quadratin Guerrero, quieren saber más de la distribución hipotética de las bolsas de dinero de este hurto llamado PRD, continúo con sumo placer.
La regiduría número dos, para el cuñado del alcalde Evodio Velázquez Aguirre, el carnalito de la profa Perla Edith Martínez, copartícipe en la meteórica carrera del presidente municipal que pretendió poblar las calles de parquímetros, el del yate de lujo fondeando en la bahía de Puerto Marqués, el de la residencia en Joyas de Brisamar, el que nació en una colonia periférica del puerto, el que para borrar sospechas sobre alguna alteración en su nueva forma de vida presentó su declaración 3 de 3 casi para finalizar su gobierno, sí señores, sin mayor currículo que su parentesco, él es… Óscar Martínez.
La tercera, para el quipo del cuestionado ex secretario de Desarrollo Social de Evo, y ex aspirante perdedor a la alcaldía, Víctor Aguirre, a quien elección tras elección de aquí pa’l real veremos reclamando sus derechos de sangre desde la lejana Montaña donde cabalga el jinete.
La cuatro, para el director del inubicable Rastro municipal acapulqueño (¿dónde queda esa oficina? ¿O sólo es una pista de aviación?) Miguel Ángel Rabadán Alvar, miembro del grupo del polémico prestidigitador David Jiménez Rumbo, que en la pasada precampaña interna ofertó cero cuotas, cero pago de piso. Y perdió. Las encuestas, dijeron los líderes de su partido, lo aniquilaron con la reprobación pública.
Y entre este ramillete de machos, la cinco es para Lucina Victoriano Aguirre, como premio de consolación al equipo del ex gobernador Angel Aguirre, quién también tuvo que guardar banderas, spots y campaña, ante la presencia de ese fantasma que lo perseguirá de por vida: la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
La seis, para Gereli Astudillo Ibarrondo, tambiéeen de Nueva Mayoría, miembro distinguido de la cleptocracia que gobierna Acapulco y de la que usted, apreciado lector conoce muy bien.
Uno de los dos síndicos es para ese joven que, sin ideología aparente, sin fuerza visible, se les metió a todos hasta la cocina del PRD. Se quitó la camisa verde, entró, los sedujo con sus dotes empresariales y… ¡se las dieron!: la candidatura a alcalde y una de las dos sindicaturas. Sí, es Jacko Badillo, pescador de tiburones e ilusiones, que sin haber llegado el 2 de julio él ya pescó. ¡Jala pargo!
¿Y qué creen? Que la otra sindicatura será también para Evodio Velázquez, encarnado en quien fuera nada menos que su directora de Recursos Materiales, Karina Sánchez Olmos.
¡Qué buen negocio de la nueva mafia en el poder! ¿O no? Usted concluya respondiendo la interrogante.