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La mujer del maletín en el gobierno de Adela
Mi solidaridad para la compañera Karla Galarce y Quadratín
El jueves 31 de octubre el secretario general del Ayuntamiento de Acapulco, Ernesto Manzano Rodríguez y el asesor de la Presidencia Municipal, Ricardo Castillo Barrientos, el primero sólo cumpliendo órdenes del segundo, pidieron sin mayores preámbulos la renuncia al director de Comunicación Social, Roberto Ramírez Bravo.
Al día siguiente, la presidenta municipal Adela Román Ocampo, en silencio cómplice que avala la determinación, sin chistar, y reconociendo implícitamente que se cumplía el acuerdo, aceptó sin chistar la renuncia del periodista que lo acompañó durante su campaña y durante el primer año de “legitimación” de la imagen de su gobierno, que hasta el momento no ha logrado.
Ramírez Bravo, dicen los que lo vieron, esperaba una explicación razonable por parte de la alcaldesa a la solicitud de renuncia que fue tramada por Castillo Barrientos, en complicidad con la sobrina de la alcaldesa, quienes manejan verdaderamente los asuntos económicos de la comunicación, legítimos e ilegítimos, para realizar esta actividad en la Presidencia Municipal.
También fue determinante la decisión de la influyente sobrina en el ámbito familiar-administrativo del gobierno de Adela, Malena Godoy Román, para hacer el nombramiento de la sustituta de Ramírez Bravo, Guadalupe Guzmán, periodista ligada al oficialismo príista, como directora de Comunicación Social.
La salida de Ramírez Bravo se venía tejiendo desde el inicio mismo de su nombramiento hecho por Adela Román para tranquilizar a los sectores de izquierda que veían al nuevo gobierno municipal de Morena copado por priístas de viejo cuño y con señalamientos de haber participado en actividades vinculadas a la corrupción o de ser proclives a ellas.
Sin embargo, fue desde el lunes 28 de octubre, semana que la alcaldesa pasó en Ciudad de México buscando ayuda para “salvar su gobierno que se va a pique”, reconocen tiros y troyanos, cuando el equipo de Malena Godoy y Ricardo Castillo Barrientos, comenzaron a tomar determinaciones más abiertamente sin considerar a quien supuestamente realizaba la Comunicación Social de la Presidencia.
Estando en Ciudad de México, Malena Godoy Román, la mujer del maletín y la que autoriza y entrega los chayotes a la prensa, decide llevar a su tía a una entrevista a modo en ADNoticias realizada por una periodista de espectáculos en la que se ratificó que Acapulco es feliz.
“Malena Godoy, secretaria privada de la Presidencia, es quien recomendó con la alcaldesa Adela Román Ocampo a la nueva directora de Comunicación Social del Ayuntamiento, Guadalupe Guzmán Rentería. La secretaria privada de la alcaldesa es amiga de la nueva directora de Comunicación Social del Ayuntamiento de Acapulco y reporta directamente a Malena Godoy debido a que por recomendación de ella llegó al cargo”, dice un texto que circula en redes.
La salida de Roberto Ramírez del gobierno municipal y la gente más cercana a su equipo a los que se le pidió de manera grosera la renuncia, es la ratificación del rumbo del gobierno de Adela Román Ocampo, siempre funcionaría priísta y siempre ligada a estos grupos desde su etapa estudiantil según se lee en la novela testimonial La Noche de los Lagartos del periodista Octavio Navarrete.
¿Quiénes quedan de la izquierda dentro del gobierno Adelita? El profesor Eloy Cisneros Guillén que funge como un florero que la alcaldesa usa a su antojo para darse baños de izquierda cada que vez que asea la cara a su gobierno ¿El profesor Marco Antonio Adame? Que destraba conflictos para que gobiernen los priístas, los amigos y familiares de Adela Román.
Estos dos funcionarios, más allá de sus quincenas que reciben puntualmente, tendrán que analizar el papel legitimador que vienen realizando de un gobierno que no representa por lo que se votó en julio de 2018: la esperanza de un cambio verdadero.
Quedarse o bajarse de la rueda de la fortuna adelista debe ser resultado de un profundo análisis sobre los logros que han tenido como gobierno de la 4T durante un año.
La determinación que tomen, parafraseando un clásico marxista latinoamericano que tanto gusta, seguro que la historia los juzgará o los absolverá.
La salida de Roberto Ramírez Bravo de Comunicación Social es una vuelta más a la derecha del gobierno de Adela Román Ocampo.
PD: Por cierto, Roberto Ramírez, nunca me pidió que cambiara una sola línea de mis notas que cuestionaban a la administración de Adela Román, lo que le reconozco y habla bien de él como periodista y funcionario.