Teléfono rojo
Persigue y amenaza Evodio al periodismo crítico
No es la ideología la que arruina el ejercicio de gobierno. Es la corrupción y el poder.
Así ha quedado demostrado cuando el poder ha sido ejercido por cualquier de grupo, de izquierda o derecha. Parece que para arribar a puestos de representación popular es inevitable pisar este escalón fangoso.
Muchos ejemplos hay para el caso. La búsqueda del poder a toda costa, incluso con desesperación, al ver casi masivas manifestaciones solitarias de hombres y mujeres para ser representantes populares por diversos partidos políticos, dan fe del hecho: el “quítate tú para ponerme yo”, la visión de la cosa pública como una especie de botín, el ahora o nunca.
Son más las coincidencias entre izquierdas y derechas sobre el ejercicio del poder, que las diferencias éticas que mandan las ideologías: llegar al poder para hacer negocios con el dinero público entre amigos, para convertir el gobierno en una agencia de colocaciones, para poner a la consorte a las puertas de una candidatura, para hacerte de lujos y propiedades, para dejar la colonia pobre donde nací y ubicarme con “la gente bien”, cambiar la marca de ropa y más frivolidades.
Los ideales que abanderaba la izquierda parecen ya no existir en Guerrero más que el vulgar pragmatismo que desdibuja a líderes y partidos a su paso por el gobierno. Incluso, aquellos principios sagrados que tienen que ver con los derechos humanos, razón de esta ideología, como la libertad de pensamiento y de acción.
¿Serán auténticamente de izquierda algunas tribus perredistas que hoy ejercen el poder en Acapulco, como la llamada Nueva Mayoría que encabeza el alcalde Evodio Velázquez Aguirre?
¿Tiene la piel tan delgada el alcalde de Acapulco, que la crítica en los medios le afecte a tal grado de que los encargados de su comunicación social, con su anuencia o no, inicien campañas de desprestigio, acciones de cooptación y de amenazas a empresarios, para cerrarle espacios al periodismo crítico?
Las víctimas de esta persecución son, entre otros, los que hacemos el espacio de Al Tanto Guerrero, que a poco más de un año de estar presente en el dial de la radio acapulqueña y en el favor del público hemos andado como judíos errantes por la banda de Frecuencia Modulada.
Y es que a los empleados de Don Evodio no les gusta lo que hacemos y, desde luego, están en su derecho a seleccionar los espacios de su preferencia, pero a lo que no tiene derecho es a dar manotazos contra aquellos que le incomodan por denunciar la cleptocracia familiar y de amigos que rodea gobierno de “izquierda” de Acapulco. Y tampoco tienen derecho a dilapidar el dinero público entre sus amigos y porristas, y perseguir a quienes informan la versión “no oficial”.
Afortunadamente, Al Tanto Guerrero también utiliza y utilizará las redes sociales donde tenemos un amplio auditorio, para seguir difundiendo información de lo que pasa con todos los actores de todos los credos políticos. No sólo somos radio, estamos en todas partes, como en el Facebook.
Porque los empleados de Don Evodio descalifican nuestro trabajo, donde también participan sin pagar veinte centavos, la secretaria general del PRD, Beatriz Mojica; el panista Jorge Camacho; el priísta Heriberto Huicochea; el líder estatal de Morena Pablo Amílcar Sandoval; el diputado de Movimiento Ciudadano, Ricardo Mejía Berdeja; y periodistas de prestigio como Federico Campbell y José Antonio Fernández.
Incluso Don Evodio tiene los micrófonos abiertos y ha estado invitado en al menos tres ocasiones para hablar de sus proyectos y siempre se le ha tratado con respeto.
Entonces, ¿Por qué estas acciones de amedrentamiento desde Comunicación Social? ¿Por qué esta visión arcaica, propia del oscurantismo y de las dictaduras, de perseguir a los que no piensan como uno?
Insisto: yo no entiendo a un gobierno democrático de esta manera. ¿De qué práctica periodística vienen los periodistas que hoy ejercen la Comunicación Social de Don Evodio?
Y desde luego, me pregunto, ¿qué piensa el líder estatal del PRD, Celestino Cesáreo, quien siempre ha tenido espacios en este noticiario? ¿Qué piensa la secretaria general del PRD, Beatriz Mojica, comunicadora de profesión y egresada de la misma universidad donde estudié, sobre la persecución y hostigamiento del equipo de Don Evodio a Al Tanto Guerrero? Claro, pero por supuesto que se los preguntaremos.
Estas prácticas ratifican la tesis inicial de esta columna: no es la ideología la que arruina el ejercicio de gobierno; es la corrupción y el poder.
Playa Revolcadero
Al Tanto y su periodismo llegó para quedarse. En la radio, en las redes, en los espacios amigos, ahí estaremos. Vale.