Teléfono rojo
Crónica de un acto de fe o del Informe de Evodio
Evodio Velázquez Aguirre, presidente municipal de Acapulco le dio el último punta pie al Estado laico desde su humilde silla presidencial. Se dijo hombre de fe, que ora todos los días al salir de su casa, para vacunarse contra la adversidad que viven los acapulqueños todos los días. Encarrerado y aparentemente improvisando, mostró su juego para 2018 al lado de su nuevo aliado, el PAN. Sin ningún rubor develó implícitamente el secreto menos guardado, que su corazón que late a la derecha, y al hombre al que le dará su apoyo político rumbo a Los Pinos es al ex gobernador PiPoPe y panista poblano que es lo mismo, Rafael Moreno Valle, invitado especial y modelo seguido por nuestro alcalde en sus acciones de gobierno. Así lo dijo y confesión en boca propia es….
Todo ello en lo que se denominó “Mensaje a los acapulqueños”, dentro de su segundo informe como alcalde porteño, que se realizó en un Centro de Convenciones abarrotado de funcionarios y burócratas con día libre movilizados para la ocasión.
Casi una hora de discurso, de palabras dirigidas a los suyos, a sus empleados, a sus trabajadores y a la desguanzada porra que repitió el triqui tri triqui no más de cinco veces, dos de ellas para su consorte. Un informe como lectura de mano entre ellos mismos, funcionarios municipales y trabajadores de reciente inclusión en la nómina.
Cincuenta mil hojas, dijo emocionado, que dejó un lado para darle por la vía libre y “hacer un discurso con el corazón”. Hecho que de alguna forma fue agradecido por el adormilado auditorio, aunque tuvieron que recetarse algunas confesiones de alcoba, declaraciones de amor innecesarias en público, cursis, propias de los culebrones como La Rosa de Guadalupe. Veamos.
“Evodio… el padre, el hijo… el esposo”, faltó el Espíritu Santo, agrega el redactor, y ya tenemos a la Santísima Trinidad acapulqueña que en un futuro, su imagen en bulto, podría ser colocada en el fondo del mar para beneplácito de los lancheros y como una nueva opción turística del hipotético Nuevo Acapulco.
La lengua floja, pero eso sí “el alcalde no habla si o tiene los pelos de la burra en la mano”, expresó para decirle a los acapulqueños que no le creen, que dice la verdad. “Soy un hombre que cree en Dios y todos los días me encomiendo a él cuando salgo de casa, como todos los scapulqueños que salen a la realidad”. Pero anunció, entre otros tres proyectos faraónicos, la edificación de un Cristo más alto que el de Río de Janeiro para acabar de enterrar al liberalismo mexicano. Los curas presentes aplaudieron desaforadamente.
Ante la ausencia de autoridad, el alcalde acepta que ya hace lo que todos los días hace la gente del pueblo como último recurso ante la adversidad: orar.
La diferencia que el alcalde fue contratado por la gente para que la cuidara. Y se puede encomendar a quien quiera, pero los acapulqueños quieren tranquilidad y seguridad y no sólo palabras. Y es que no basta rezar. Hacen falta muchas cosas para conseguir la paz, entre ellas, el combate frontal a la corrupción en áreas específicas del ayuntamiento y que no se tocaron a fondo en el informe: Finanzas, Zonatur, CAPAMA, etcétera.
¿Y la seguridad a’pá? Los muertos que son nuestro pan de cada día, la coima, la cuota, la transa, el secuestro… de eso no se habló en el Informe, donde estuvieron los mandos castrenses y un representante de segundo orden del gobernador Hector Astudillo Flores.
Entre los invitados, los nuevos perredistas de color azul: Jesús Zambrano, Beatriz Mojica, el gobernador de Michoacán Silvano Aureoles, el ex gobernador de Puebla Rafael Moreno Valle, quien sin mucho ceso podría pensarse que es la carta de Los Chuchos para la Presidencia de la república y del alcalde porteño, quién lo exaltó y lo puso como el modelo gubernamental que ha seguido para construir una Angelópolis en su “Nuevo Acapulco”.
El ceremonial fastuoso en una sociedad en la adversidad, para citar una de las palabras más concurridas en el rollo de la primera autoridad municipal, que por disonante y comparado con la realidad real de los porteños lo menos que podemos decir es que huele a demagogia. Se trató de mostrar los logros de su gobierno y el Acapulco Ciudad luz -casi París- que no se ha construido en los dos últimos años de su gobierno ni que se concluirá en los próximos dos meses, antes de que inicie su camino junto al PAN, en busca de una diputación federal.
Pero para algo sirven las palabras y las imágenes que repetidas ad nausean, colocadas en trazos panorámicos, en inserciones pagadas en prensa, radio y televisión, se logran convertir en verdades en el imaginario de la pobre gente, al mejor estilo de Joseph Goebbels.
Mientras los reporteros de la fuente, los que repiten sus logros diarios en el discurso, como los habitantes de las colonias populares reclaman el agua para vivir, esperan en silencio “su apoyo” mensual que desde hace tres y hasta cinco meses nomas no llega, me confiesan, mientras sus patrones cobran contratos de cientos de miles de pesos para exaltar al hombre que despacha hasta ahorita en la Presidencia ubicada en el parque Papagayo
Obvio, ese tema no está en el Segundo Informe “de resultados”, como tampoco el monto total de acto “republicano” innecesario, y su repercusión en las finanzas públicas del Ayuntamiento.
Otra palabra que se escuchó hasta cinco veces o más en su discurso fue “glamour”, como una pócima para resolver los problemas de un puerto desde su perspectiva de izquierda perredista azul. Me fui al Google que dice de la palabreja lo siguiente: “Atractivo o encanto especial y llamativo que posee una persona o una cosa, especialmente relacionado con el espectáculo o la moda.”
Las palabras no son sólo aire, son representaciones ideológicas de lo que pensamos y hacemos. No sólo son la afanosa búsqueda de los quince minutos de fama, son la representación de la realidad. Que en este caso de manera patética muestra la frivolidad que además de tentación es una perversión.
Playa Revolcadero
Por la mañana, el alcalde tuvo un evento papita, en un cómodo escenario ante regidores domesticados, a excepción del representante de Movimiento Ciudadano. A punta de cañonazos y complicidades mutuas leyó su segundo informe. La mayoría lo aprobó.