Teléfono rojo
La lucha de las mujeres y el grave error de Morena
A la misoginia hay que combatirla de frente, en el hogar, en la calle, en la política, en la tierra, en el cielo y en todo lugar.
Las mujeres, acompañadas por los hombres, deben seguir abriendo los espacios de igualdad y que cada quien aporte según su capacidad y reciba según su necesidad, dice un viejo principio.
Sin embargo, la decisión del Consejo de Morena la semana pasada en Chilpancingo, sencillamente me parece un gran y grave error que afecta la lucha de las mujeres y la posibilidad de iniciar la construcción del nuevo proyecto de nación que encabeza Andrés Manuel López Obrador, que incluye un mejor futuro para ellas y para todos.
Paradójico, pero la determinación tomada por la mayoría de consejeros de ese partido parece haber sido construida, con alevosía y ventaja, por los enemigos de siempre de las mujeres, machos de sombrero y chicote, educados en la vieja escuela del estalinismo y que en la coyuntura actual, no sólo pasan como enemigos de las políticas de género, sino como demagogos, ambiciosos en busca de hueso, sin importar que sus decisiones afecten la suma de votos que lleven al triunfo al carismático líder nacional de Morena.
Las elecciones se ganan con votos –aunque me dirán algunos que los procesos electorales se ganan con dinero y fraude– y en la de 2018 los resultados del triunfo o la derrota tendrán que ser contundentes para derrotar a los enemigos del cambio.
Lo que significa que la virtual candidatura de AMLO a la Presidencia de la república tendrá que ser acompañada por candidatos para las distintas posiciones en juego, federales y locales, que tengan credibilidad. Líderes y personalidades en diversas actividades profesionales que den certeza a la población de que es viable el relevo, que atraigan la confianza y el voto de los ciudadanos sin partido y de los militantes, para iniciar la reconstrucción de la nación a la que aspiramos la mayoría de mexicanos: una patria nueva y generosa con todos.
Ahora, si se trata de respetar las cuotas de género, hay muchas mujeres en Guerrero más allá de las militantes de siempre o de aquellas cuyo único mérito sea ser familiar, amigo de la corroída nomenclatura de quienes se han apropiado de lucha social, sin hacerla, y de ser sólo beneficiarios de un movimiento de transformación que le ha costado mucha sangre a los guerrerenses.
En este camino habría que apostarle a más mujeres que se encuentran vinculadas a la ciencia, a la técnica, al conocimiento, a la organización de mujeres y no sólo a las leyes de la herencia como si viviéramos en una monarquía. Más aún tendrían que ser mujeres alejadas de cualquier vínculo con la corrupción, el narco, la frivolidad, y todo eso que ya no quieren los ciudadanos acapulqueños.
Sé que es difícil la búsqueda, pero no tanto como hallar una aguja en un pajar. Pocas mujeres han levantado la mano para decir “yo quiero participar”, por ejemplo, a la alcaldía de Acapulco, tal vez ante la apabullante mayoría masculina que se ve desfilar en los culos de los autobuses.
Hay la idea en los organizadores de esta trama que la candidatura de AMLO generará una ola de votos en todo el país, que igual va a llevar al Congreso federal, al local, a las alcaldías y otros puestos en juego, a auténticos líderes sociales y comprometidos, pero también a un grueso de oportunistas, chapulines, familiares, vacas o cualquier cosa que se le parezca, y de ahí el interés de apostarle a Morena.
Pero las encuestas dicen que la única certeza es que Morena llegue a la Presidencia de la República y que en los procesos locales nada está definido.
Por ello creo que las candidaturas, mujeres u hombres, deben ser entregadas a aquellos que garanticen el triunfo y la defensa del proyecto de nación de Andrés Manuel. Conociendo a algunas de las mujeres propuestas en las ternas para puestos de representación popular, no más de dos garantizan que den seguimiento a las políticas de género. El resto son aspirantes sin formación ideológica, académica… mujeres que gustan de la frivolidad, la música de banda, el espectáculo estilo Televisa, aspirantes al estilo de vida glamouroso que estila nuestra ignorante oligarquía cevichera.
Esto es más allá de los mezquinos intereses de algunos políticos de la llamada izquierda, a los que hay que evidenciar si no se da la autocrítica. Creo que aún es hora de reflexionar sobre las acciones más pertinentes para caminar hacia el cambio. Si no, se enfrentarán a la realidad del voto cruzado y a la derrota de sus particulares proyectos. Es hora de sumar, no de restar.
Lo que puedo decir es que las decisiones tomadas la semana pasada por los consejeros, lo único que han provocado es decepción entre la gente buena y contento entre los enemigos de Morena en Acapulco y otras ciudades importantes del estado, PRD-PAN y PRI, los que ya se lamen y relamen los bigotes pensando en reelecciones, regresos sin gloria y otras mafufadas que aún se pueden parar.
La coyuntura ahí está, no se puede tirar a la basura porque la historia no los absolverá como ya condena a muchos de los líderes que ya tuvieron su oportunidad y que ahora se quieren volver a colar.