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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de octubre de 2017.- El desabasto de agua en las delegaciones Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco por fallas e insuficiencia de la infraestructura de las redes hidráulicas, se agravó marcadamente desde los sismos acontecidos el 7 y 19 de septiembre de 2017, aunado de las denuncias de secuestro de unidades y venta ilícita del líquido.
Los temblores tuvieron repercusiones de diversa índole en distintas zonas de las demarcaciones, entre ellas cientos de fugas de agua.
Lo anterior, genera incertidumbre, molestias, conflictos e inconformidades entre los habitantes quienes acusan una mínima o nula reacción por parte de las autoridades capitalinas y delegacionales.
Aunque las autoridades de las delegaciones Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco han establecido programas emergentes para la distribución de agua a través de pipas para atender la situación que padecen miles de habitantes de las zonas, son constantes las escenas en las que se observa a los pobladores de las demarcaciones haciendo largas filas o peleando para obtener el servicio básico, incluso a altas horas de la noche.
Vecinos de distintos poblados y barrios de las demarcaciones han denunciado el robo de camiones con los que se pretende abastecer el agua para zonas que no cuentan con el recurso desde que ocurrió el sismo del 19 de septiembre del año en curso.
Señalan que los casos más graves se reportan en la delegación Tláhuac, donde los conductores de las pipas han sido interceptados por comandos y fueron obligados a suministrar el agua en diferentes unidades habitacionales de la demarcación.
Una vez que es robado el líquido, los grupos armados llegan a revenderlo hasta en 4 mil pesos.