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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de enero 2018.- En su homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta este lunes, el Papa Francisco condenó el maltrato a los más débiles, y en particular la violencia que se vive dentro de las escuelas, llamado bullying.
El Santo Padre consideró que toda violencia contra los más débiles, “es obra de Satanás, es una de las manchas del pecado original… porque agredir al débil es obra del diablo”, de acuerdo con la información difundida por la Agencia Católica de Informaciones.
En su homilía destacó el tema, Francisco tomando como referencia la primera lectura del día, del primer libro de Samuel, en la que se cuenta la historia de los padres del profeta: Elcaná y Ana. Elcaná tenía dos mujeres: Ana y Fenina. Fenina tenía dos hijos, mientras que Ana era estéril. Fenina, en vez de consolar a Ana trataba de humillarla en toda ocasión. El Pontífice llamó la atención sobre que esta situación se repite en varias partes de la Biblia.
“Yo me pregunto: ¿qué hay dentro de estas personas? ¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a despreciar, a maltratar, a burlarse de los más débiles?”. “Se puede comprender que uno se enfrente a otro que es más fuerte: puede ser la envidia lo que te lleva a ello… ¿Pero con los más débiles? ¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a ello? Es algo habitual, como si tuviese la necesidad de despreciar a los demás para sentirme seguro. Es como una necesidad…”.
“Se puede comprender que uno se enfrente a otro que es más fuerte: puede ser la envidia lo que te lleva a ello… ¿Pero con los más débiles? ¿Qué es lo que hay dentro de nosotros que nos lleva a ello? Es algo habitual, como si tuviese la necesidad de despreciar a los demás para sentirme seguro. Es como una necesidad…”.
Señaló que incluso entre los niños ocurre esto, y compartió un recuerdo de infancia, cuando en su barrio vivía una mujer que sufría una enfermedad mental que la llevaba a caminar sin parar por la calle durante todo el día. Las mujeres trataban de ayudarla dándole comedia, pero los niños la seguían para divertirse a su costa. “¡Cuánta maldad también en los niños que les lleva a tomarla con los más débiles!”.
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