
Anora y la ilusión de ser amadas
La Convención Belem do Para, celebrada por la ONU en 1994, señala que la violencia contra las mujeres es cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado, en la que se incluye la violencia física, sexual y psicológica.
ONU Mujeres, también ha reconocido que la violencia contra las mujeres o de género es un problema de salud pública; una práctica aprendida, consciente y orientada, producto de una organización social, estructurada sobre la base de la desigualdad de género.
Por estas razones, la violencia de género y especialmente la violencia sexual contra las féminas, ha sido un tema de especial interés para los Diputados Ciudadanos; por ello, hemos impulsado iniciativas de Ley encaminadas a erradicar estas agresiones.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, realizada por el INEGI, al menos 60 de cada 100 mujeres en México, mayores de 15 años, han padecido distintos tipos de violencia.
Las desigualdades que enfrentan las féminas se traducen en violencia sistemática e impacta profundamente en la vida de todas las mujeres, materializándose en la violencia más aberrante: el feminicidio.
La violencia feminicida en Guerrero, lastimosamente ha mantenido a nuestro Estado en los primeros lugares de muertes de mujeres, que fueron posibles asesinatos. En una década los feminicidios en nuestra Entidad aumentaron 88%; pasando de los 120 feminicidios registrados en 2005 a 225 para 2015.
De los crímenes cometidos 119 se cometieron con arma de fuego; el resto de las víctimas fueron lapidadas, asfixiadas, degolladas, desmembradas o asesinadas a golpes.
Los casos denunciados de violencia de genero indican que se concentra mayormente en los municipios de Acapulco, Iguala, Chilapa, Pungarabato, Huitzuco, Tlapa, Tlacoachistlahuaca, Tepecoacuilco, Chilpancingo, Taxco, Tixtla, Ajuchitlán del Progreso, Zumpango y Ahuacuotzingo, sin embargo, los casos de violencia contra las mujeres y niñas que no se denuncian son muchos más y se pueden encontrar en todo el Estado.
Estos hechos demuestran que las guerrerenses no solo no están protegidas, sino que tampoco cuentan con garantías de la justicia por la violencia a la que se ven sometidas.
Para cambiar este fenómeno, se requiere de voluntad política, que nos permita unificar esfuerzos para lograr una visión más abierta y verdadera sobre la mujer, evitando ver al género femenino como débil y maleable, reconociéndolo como igual al hombre y con capacidad de autonomía.
Es momento de unirnos para poner un freno a la violencia contra las mujeres y niñas, ni una menos en Guerrero. Se debe declarar la alerta de violencia de género en Guerrero sin dilaciones ni obstrucciones.