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CHILPANCINGO, Gro., 19 de agosto de 2023.- En el corazón de la capital, se alza una iniciativa donde el dinero no es prioridad para consumir. Amo Tlazolli, cuyo nombre en náhuatl evoca el significado de “no es basura” o “no lo tires a la basura”, emerge como un refugio de reciclaje con un propósito claro: ofrecer una alternativa sostenible a través del trueque, una práctica enraizada en las antiguas culturas prehispánicas. Con una visión compartida por jóvenes ambientalistas, esta tienda busca darle nueva vida a artículos y prendas usados, otorgándoles una segunda oportunidad.
Ubicada en el número 8 de la calle Nicolás Bravo, en pleno Centro de la ciudad, esta casa de reciclaje fue creada por Moisés Emmanuel Manzanares Manzanares, un joven Ingeniero Ambiental formado en el Instituto Politécnico Nacional. Su propósito es claro: enfrentar el desafío de los desechos en nuestra sociedad, al reducir su existencia de manera significativa.
En la actualidad, Amo Tlazolli está en manos de Rebeca Hernández Sierra., El compromiso del proyecto radica en concienciar a la comunidad sobre la importancia de preservar el entorno a través del reciclaje y, más aún, de enfatizar los valores asociados al trueque: un pacto basado en la palabra y la confianza. Además de esto, en algunos casos, la tienda ofrece remuneraciones en efectivo por artículos como aluminio, pet, cartón, papel y vidrio. Los precios varían entre 30 centavos y 15 pesos, dependiendo del material y su cantidad.
Con Amo Tlazolli se espera que los ciudadanos encuentren un espacio para intercambiar aquellos objetos, prendas o materiales que han dejado de utilizar. Desde metales hasta libros, ropa, zapatos, juguetes y latas de aluminio, esta tienda se propone una meta ambiciosa: que cada elemento reciba una segunda oportunidad en Chilpancingo o incluso en el estado, evitando así contribuir a la acumulación de residuos y, al mismo tiempo, obteniendo beneficios y preservando el medio ambiente.
La puerta de Amo Tlazolli está abierta a todas las personas, sin importar la edad ni la ocupación. Desde niños hasta ancianos, escuelas, tiendas e incluso oficinas gubernamentales o entidades institucionales, todos son bienvenidos para intercambiar sus objetos o donar materiales reciclables, en un esfuerzo conjunto por reducir el impacto ambiental.
Dentro de esta casa de reciclaje, se despliega un abanico diverso de artículos listos para ser intercambiados. Desde una sudadera original del Futbol Club Barcelona hasta novelas de Gabriel García Márquez, pasando por discos de vinilo de diversas bandas de rock, termos para bebidas, juguetes, peluches, cables de extensión eléctrica, productos de cuidado personal, perfumes y artículos de vidrio como vasos y tazas, cada objeto encuentra una oportunidad de prolongar su vida útil y evitar contribuir al agotamiento de los recursos naturales.
En esencia, Amo Tlazolli trasciende su papel como una simple casa de reciclaje para transformarse en un motor de cambio, inspirando a la comunidad local a adoptar prácticas más sostenibles y a reconocer el valor intrínseco de cada objeto, prenda o material, evitando que se conviertan en meros residuos.