
Guerrero en llamas; no kings
Recomendación cuarta: Maniac de Benjamín Labatut
Después de una larga pausa hemos decidido continuar con esta columna. Aún este lunes por la tarde se tenía la idea que esta entrega iba a ser sobre la obra de Juan Rulfo. Pero, debido a los recientes acontecimientos políticos, así como a algunas afortunadas coincidencias, esta recomendación será, en cambio, sobre una de las novelas más fascinantes de la década: MANIAC, de Benjamín Labatut.
Esta obra no es como cualquier otra del género de la ciencia ficción. Esta obra es un trabajo elaborado al ras de una historiografía mundana que evoca la construcción de nuestra sociedad contemporánea a partir de perspectivas cuasi mezquinas de los científicos que han revolucionado sus campos de estudio.
La primera parte de la novela gira en torno a Neumann János Lajos, mejor conocido como John Von Neumann, el físico belicista que cambió el rumbo de la segunda guerra mundial, de la tecnología y, en suma, del destino del mundo entero. La estructura narrativa recuerda a Los Detectives Salvajes, de Bolaño: una serie de relatos personales, testimoniales, de personajes variados que giran en torno al punto narrativo, en este caso el propio Vonn Neumann. Esta narrativa funciona de tal manera que podemos conocer la vida de nuestro protagonista a partir de quienes le conocieron.
Esta propuesta nos ayuda a entender el profundo impacto que Neuman tuvo en la ciencia. Sus revoluciones fueron múltiples: La concepción de la física a partir de su desarrollo con modelos numéricos y no meramente teóricos, el desarrollo de la teoría de juegos (de donde parte la teoría del caos), la autorreplicación de entes no biológicos (las bases de la Inteligencia artificial), entre otros. Neuman encontró sistemas perfectamente ordenados donde otros solo veían caos, provocando una gran resistencia en la comunidad científica de todas las latitudes.
El contexto histórico en el que se desarrolla la novela sirve para confirmar en las ciencias duras lo que el nazísmo había machacado en la filosofía con Heidegger y Nietzsche: todo conocimiento puede ser (y será usado) para legitimar decisiones políticas, y el grado de instrumentalización de esta legitimidad dependerá del grado de barbarie de las mismas. En el caso de los filósofos, el Übermensch legitima el genocidio racial. En el caso de los matemáticos, los teoremas que respaldan la doctrina MAD (Destrucción mutuamente asegurada) justifican la política por otros medios, es decir, la guerra.
La segunda parte de la novela, quizá la que contiene una mayor dosis de realidad y datos verificables, es una curiosa, dolorosa y emocionante narración de la derrota humana ante los sistemas algorítmicos autorreplicantes en el tradicional juego asiático Go. Una batalla épica entre el gran maestro Lee Sedol, y la Inteligencia Artificial “Alpha Go”.
Para quienes somos partidarios de la humanidad, MANIAC es un libro desolador que refuerza la sensación de que la especie humana ha perdido el control frente a sus propias capacidades. Una lógica de autodestrucción que se sembró con el descubrimiento de la fisión atómica, y que no ha dejado de replicarse incluso en los aspectos más insulsos de la vida, erosionando de manera atómica, casi imperceptible, aquello que todavía nos hace humanos.
Y como es casi imperceptible, necesitamos de grandes libros que nos hagan abrir los ojos. Maniac, de Benjamín Labatut, es uno de ellos.
Alan Navarrete. Acapulqueño. Catador de hamacas, politólogo y otros eufemismos.