En el juego
Dos actos de campaña que representan lo que son y lo que tienen. Dos proyectos diferentes.
Xóchitl en Fresnillo para promover el miedo. Ante pocas personas en una zona amenazada. Claudia en el Zócalo para impulsar la esperanza. Los números son obvios.
A Gálvez sus promotores ni la acompañaron y no la llevaron al Zócalo como a Córdova quien es su proyecto futuro y ella no significa nada que no sea satisfacer aspiraciones de los líderes de los partidos que la “apoyan”.
Claudia en el Zócalo expuso su proyecto de más de una hora. Sus propuestas. Xóchitl sólo habló de la violencia, que existe gracias a Felipe Calderón Hinojosa, y hasta firmó con sangre (vaya ocurrencia) su compromiso contra la violencia. Sólo eso ha dicho.
Revisar con calma y a fondo las propuestas de Claudia, es necesario y obligatorio. De la señora X no hay nada que decir.
La responsabilidad de quienes estén de acuerdo con lo hecho por Andrés Manuel López Obrador y el compromiso de Claudia Sheinbaum es muy importante es este proceso histórico. Significa sacrificar intereses personales y hacer lo necesario para que se cumplan los compromisos ofrecidos este primero de marzo.
Las inconformidades son legítimas y comprensibles. Los acuerdos y alianzas tienen un dejo de dudas, válidas, pero, insisto lo más importante es el proyecto nacional.
Si el pueblo pone, el pueblo quita y eso no se debe olvidar.