![](https://guerrero.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2025/02/IMG-20250215-WA0347-scaled-107x70.jpg)
Brinda Gobierno de Guerrero proyección a productos agroalimentarios
ACAPULCO, Gro., 28 de noviembre de 2023.- José Ángel Murga, un oficial retirado de la Secretaría de Marina y marinero del yate Side By Side, es la víctima número 50 del huracán Otis; su esposa Yesenia Soriano García cuenta que su peregrinar desde aquel 25 de octubre no ha terminado.
Yesenia narra que el dolor tampoco se ha ido; primero por el impacto que fue localizar a su esposo, con quien llevaba más de 23 años de casada, en estado de descomposición y la confusión de que se trataba de un marinero del yate de recreo Aca Rey, ya que una identificación estaba cerca de él.
La sobreviviente asegura que desde el día uno, nunca recibió ayuda de alguna autoridad de seguridad, ya que nunca le hicieron caso y nunca buscaron el cuerpo donde ella lo pedía e indicó que el cuerpo fue localizado por trabajadores de limpieza de la Marina de Acapulco.
“Definitivamente fue gracias a Dios porque el cuerpo de mi esposo, no fue encontrado por ninguna autoridad sino por personas que empezaron hacer limpiezas en el área de la Marina, ellos fueron los que encontraron el cuerpo porque ya estaba con olores que se generaban ahí eran intolerantes y empezaron a levantar escombros, ahí fue donde el cuerpo número 50 fue el de mi esposo”, explicó.
Agregó que varias familias piden apoyo para que puedan remover las embarcaciones porque aseguran que ahí podría haber cuerpos atorados, pero las autoridades les responden que no pueden tocar nada porque están aseguradas y las aseguradoras no reconocerían los daños.
La esposa de José Ángel Murga, recordó que días antes de localizar a su esposo, con su familia, sus tres hijos, uno de 22 años, otro de 18 años y una niña de 12 años de edad, acudieron a una misa que se llevó a cabo en honor a todas las personas encontradas sin vida y desaparecidas, por lo que tenía el presentimiento y le pidió a Dios y al mar que se lo regresaran.
“Yo sentía desde un principio en mi corazón que ahí en ese lugar había muchas posibilidades de encontrar cuerpos y que ahí podía haber estado mi esposo, pero no era una cuestión muy fácil porque se necesitaba maquinaria pesada para arrastrar esas embarcaciones, ahorita hay muchas familias buscando a sus familiares y creemos que muchos cuerpos están en esas embarcaciones”, comentó.
Recordó que fue un calvario hacer la denuncia en el Ministerio Público, primero en las oficinas centrales en la colonia Progreso, pero no le hicieron la denuncia porque no sabía cuál era el motivo de la desaparición, por lo que se trasladó al fraccionamiento Costa Azul, donde le entregaron el documento oficial de desaparición por fenómeno natural.
“Ahí señalé que mi esposo ya tenía más de una semana desaparecido pero él me dijo que no podía levantar la denuncia porque no sabía cómo le podía poner, porque no era desaparición forzada, no fue sacado de su casa, no sé lo llevó la policía y no había cómo ponerle a la denuncia, bajo qué circunstancia puede poner la denuncia y que además no se podía porque se seguía buscando a personas vivas y podría ser encontrado, pero era un documento que se necesitaba porque las autoridades mismas cuando yo pedí ayuda me comentaron que no tenía una denuncia, ningún documento que mi esposo estuviera desaparecido”, mencionó.
Mientras que en el Servicio Médico Forense (Semefo), el sufrimiento fue al recibir la llamada para que acudieran a hacerse algunas pruebas de genética y los trámites burocráticos atrasaron todo.
“Después de casi 22 días de desaparecido, tuve un llamado de la Fiscalía a través del Semefo, donde me informaron que fuera a las instalaciones a reconocer el cuerpo de mi esposo ya que al parecer había dado positivo la genética con uno de mis hijos, ahí empezamos otra peregrinación tremenda, fue muy desgastantes, no me entregaron el cuerpo a tiempo, me dijeron que a las 8 de la mañana me iban a entregar el cuerpo me lo vinieron entregando hasta la una de la tarde, además la falta de sellos y firmas para que nos lo entregarán”, comentó.
Este jueves se cumplen los ocho días de que fue sepultado, por lo que en la casa de la mamá del marinero Juan Carlos Gil, en la colonia Renacimiento, se realizan los rezos de rosario; Yesenia Soriano afirmó que tanto ella como sus hijos necesitan ayuda psicológica, tanto por lo vivido durante el impacto del huracán Otis, como lo vivido con el papá de sus hijos.
“Su ausencia y su pérdida es irreparable, ha sido un viacrucis y un sentimiento muy duro para pasar este proceso. Ahorita sigue una ayuda psicológica para poder levantarnos emocionalmente, mis hijos y yo necesitamos ese apoyo para poder seguir y ver la vida de otra manera, no se cierra un capítulo aquí porque para nosotros hay un antes y un después, tengo muchos sentimientos encontrados sobre todo porque no nos regresaban a ver a los familiares de desaparecidos, no tenían una importancia para las autoridades”, concluyó.