
Teléfono rojo
Infancia en la Mira
El próximo 30 de abril, México celebrará el Día del Niño entre globos, actos escolares y discursos condescendientes. Pero para millones de niñas, niños y adolescentes, especialmente en estados como Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca, no hay nada que festejar.
En esas regiones del sur, la infancia no juega ni sueña: sobrevive.
Hablar del Día del Niño en México es cada vez más una ironía dolorosa. Más del 50 por ciento de la niñez mexicana vive en pobreza, y uno de cada cinco en pobreza extrema.
El 45.8 por ciento de la población de 0 a 17 años en México vive en situación de pobreza, lo que representa 17 millones de niñas, niños y adolescentes. El 54.3 por ciento de la población en primera infancia (0-5 años) se encuentra en situación de pobreza. La pobreza extrema afectaba a 9.9 por ciento de los menores de 18 años, lo que se traduce en 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes.
Pero en la Región Pacífico Sur, la pobreza no es solo estadística: es abandono, es hambre, es miedo. Es también enfrentarse desde la infancia al trabajo forzado, al matrimonio infantil, a la violencia sexual, y —cada vez más— al narcotráfico.
El total de niños y adolescentes (de 0 a 17 años) en la RPS es de aproximadamente 4,5 millones, son estados con altas tasas de pobreza infantil y adolescente más de la mitad de ello vive en condición altamente vulnerable.
En Chiapas, el 79.3 por ciento de los menores de seis años vive en condiciones de pobreza. En comunidades enteras, como las de San Cristóbal de las Casas, el crimen organizado no solo disputa el territorio: también secuestra la infancia.
El cierre de escuelas, los desplazamientos forzados y las balaceras ya forman parte del día a día.
Guerrero no se queda atrás: casi 833 mil niñas, niños y adolescentes viven en pobreza, y el número de feminicidios infantiles aumentó a 73 en 2024.
Michoacán, por su parte, ha sido escenario de violencia durante décadas. Pero ahora, la estadística más escalofriante es otra: lidera en homicidios de menores. Algunos niños no alcanzan los 10 años sin conocer la violencia. Otros, entre los 10 y 17 años, optan por quitarse la vida: 26 adolescentes se suicidaron en 2024 en ese estado. Nadie escucha sus gritos silenciosos.
Y en Oaxaca, donde casi el 65 por ciento de la infancia vive en pobreza multidimensional, muchos niños no van a la escuela: van a trabajar. Son mano de obra infantil, en campos agrícolas, en la calle, o en entornos aún más peligrosos.
Estas cifras no son meras tragedias individuales: son el síntoma de un Estado que ha abandonado a su infancia, de un sistema que normaliza la violencia y de una sociedad que se acostumbra a mirar hacia otro lado. El crimen organizado no solo ha tomado pueblos, también ha arrebatado infancias.
Los grupos delictivos reclutan menores, los usan como halcones, como “mulas”, como soldados. Y lo hacen con total impunidad.
Las niñas y niños de México no necesitan dulces ni festivales: necesitan justicia, educación, salud y seguridad. Necesitan un país que los mire con seriedad, no con condescendencia.
Porque hoy, ser niño en muchas partes de México es un riesgo de muerte.
El Día del Niño debería ser una oportunidad para reflexionar, no para disfrazar la realidad. Y la realidad es esta: en muchas regiones del país, la infancia está en la mira.
Si hubiera un mundo más justo, se vería en la cara de niños felices, diría la abuela.
________
Fuentes
Instituto Nacional de Geografía y Estadística, Panorama Sociodemográfico de México.
Reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública 2024.
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) Medición de pobreza 2024.