Corrupción neoliberal
La otra corona del coronavirus
Sí existe un enrarecimiento de la vida política nacional que polariza y divide a la sociedad mexicana, y lejos de disiparse ante la llegada del COVID-2019, pues supondría estar más en unidad y coordinados en las acciones nacionales sanitarias y económicas que puedan hacer frente a la crisis que se avecina, la insidia política, la alevosía favorecen la expansión de del rumor como argumento político.
Para todos los escenarios posibles, que ya comienzan a sentirse, el gobierno de México optó por la calma y un seguimiento estricto de las recomendaciones científicas, que en ocasiones no son compatibles con el ejercicio de la política.
La ansiedad y el temor que han generado las noticias sobre los primeros casos de coronavirus COVID-19 en México, llevaron a pasar por alto las principales causas de muerte en el país, como también las fortalezas y las deficiencias del sistema de salud a nivel municipal, estatal y federal para hacerles frente.
El INEGI, en su análisis denominado ¿De qué mueren los mexicanos?, señala que, en 2018, las enfermedades del corazón se posicionaron como la principal razón tanto para hombres como para mujeres -al ser responsable de 149 mil 368 decesos-, seguida de la diabetes mellitus -con 101 mil 257 defunciones.
Es importante referir que las agresiones (homicidios) se ubicaron en el quinto lugar -con 36 mil 683 muertes-, las cuales, muy posiblemente escalarán algunas posiciones en el siguiente informe -que documentará las causas de muerte para el año de 2019-, dado que, como es sabido, la violencia ha registrado cifras récord en el actual gobierno.
Al margen de ello, la influenza y la neumonía figuraron en el octavo lugar, con 28 mil 332 decesos, siendo mayor entre los hombres -con 15 mil 504 muertes-, que entre las mujeres -con 12 mil 816 decesos.
Tan importante como el gasto en salud es el monto destinado a la prevención en salud. En México, del presupuesto asignado a la salud, sólo el 2.8 por ciento va a la prevención. La cifra, que es consistente con el promedio imperante en la OCDE, resulta insuficiente, en el caso mexicano, para cubrir los costos de la prevención.
México recibió los parabienes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que reconoce sus fortalezas organizativas adquiridas en crisis pasadas y lo ha designado, entre otros países, para que su gestión de esta epidemia aporte enseñanzas para el futuro.
Pero hay los administrativo y lo financiero en el sector de salud presenta algunas situaciones que pueden significar problemas agudos en el control de la crisis sanitaria.
Baste mencionar que en el presupuesto de egresos de la federación para 2020, el gasto en salud experimentó apenas un aumento de 37 mil 241 millones de pesos para llegar a los 634 mil 388 millones de pesos, o bien un 2.6 por ciento respecto al producto interno bruto (PIB), muy lejos de los 6 puntos porcentuales sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El gasto en salud representa el 10.4 del presupuesto total de egresos para el año en curso.
Contrasta este aumento de apenas el 6.2 en el gasto de la federación, con la promesa del presidente López Obrador de que el sector salud recibiría 40 mil millones de pesos, los cuales no aparecen en el citado presupuesto de egresos del país, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
México es el segundo país de la citada institución con mayor gasto de bolsillo para tratar enfermedades. Se estima que a pesar de que el gasto en salud representa el 10.4 por ciento del presupuesto federal, los pacientes deben desembolsar el 45 por ciento del gasto en salud, lo que tiene impactos severos en el bienestar de las personas.
El gasto de bolsillo se define como la proporción de los recursos que las familias destinan a través de gastos directos, a solventar los distintos requerimientos de la atención de la salud, una vez satisfechas sus necesidades alimentarias.
Pero otra es la situación que se presenta en el abasto de medicamentos. El gobierno asegura tener medicamentos e insumos suficientes tras la compra realizada para la actual temporada de influenza.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) aseguró contar con unas 8 mil 500 camas de urgencia, 4.00 mil ventiladores o respiradores y equipos de protección para su personal, el cual ha recibido capacitaciones para usarlo correctamente y estar preparado.
Según el gobierno, no se necesitan hospitales especializados ni cuartos aislados para tratar el nuevo virus.
Pero preocupa que en centros como el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias -a donde se trasladarán los casos graves y donde permanece aislado el primer caso positivo del país- no cuenten con cuartos aislados, que sería lo idóneo para evitar reinfecciones.
Hay motivos suficientes para que el seguimiento del Civid-19, sea analizado con seriedad, fuera de quienes en objetivos político-electorales.
Cuando se sugieren tantos remedios, quiere decir que no se puede curar diría la abuela.