Teléfono rojo
Vuelos turbulentos
La vida a veces nos da ironías crueles. Los dos destinos principales de Guerrero siempre se ofrecieron en la publicidad condiciones que ahora sí existen como resultado del confinamiento obligado por la pandemia del coronavirus: las playas de arena blanca están impecablemente limpias y vacías en la costa, el agua es cristalina en la costa del océano Pacífico y el mar alrededor de los destinos turísticos luce lleno de peces después de 10 semanas sin barcos pero la situación ya es desesperada y finalmente se decidió reabrir las playas sin una estrategia general.
Hace unas semanas mencionamos en este espacio que la pandemia de coronavirus está frenando el turismo en todo el mundo y desacelerando los viajes domésticos, lo que impactará en el corto plazo directamente a las aerolíneas.
Y si bien se da por descontado que sus ganancias caigan y con ello las líneas aéreas se vean presionadas para mantener sus operaciones, analistas se mantienen optimistas en que las compañías mexicanas superen esta crisis. Aunque ello llevará tiempo.
Luego de negarlo por varios días incluso semanas y después de que los discursos de sus directivos afirmaban contar con finanzas sanas, con un Aeroméxico sólido y renovado, la aerolínea del caballero águila anunció que inició un proceso de reestructuración financiera bajo el Capítulo 11 en los Estados Unidos.
Los trastornos financieros de Aeroméxico tienen repercusiones sobre Acapulco y Zihuatanejo. Además se trata de la tercera aerolínea latinoamericana que se declara en quiebra tras Latam y Avianca. De acuerdo a expertos en la materia, el grupo esperó hasta el cierre del trimestre para darlo a conocer, pues esta decisión se estaría reflejando en el reporte a la Bolsa Mexicana de Valores. (Aeroméxico niega la quiebra pero sus acciones se desploman).
De acuerdo a Andrés Conesa, director general de Aeroméxico, la compañía utilizará este proceso para fortalecer su posición financiera e implementar los ajustes operativos necesarios para hacer frente al impacto del Covid-19 y crear una plataforma sustentable para el futuro.
El proceso bajo el Capítulo 11 está diseñado para que las empresas puedan mantener sus operaciones. Cuando una compañía ingresa al Capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos significa que se acoge a un proceso de reestructuración de la empresa. Hay una gran diferencia entre el Capítulo 11 y el Capítulo 7. El Capítulo 7, en términos concretos, es exclusivamente de bancarrota y, de cierta manera, la empresa cierra operación. Esto marca una gran diferencia con el Capítulo 11, que permite a las organizaciones seguir operando.
Con el Capítulo 11 se crea un proceso de reorganización de las deudas que tiene la empresa y lo que se busca es que aquellos que tienen acreencias sobre la firma no las ejecuten, sino que tengan un tipo de espera mientras esta se recupera.
Eso toma un tiempo, pero depende de un plan de reestructuración que se hace entre la empresa y una Comisión que se delega desde el Departamento de Justicia de EE. UU.
Las solicitudes generales de quiebra estadounidenses cayeron en abril pasado frente a 2019, pero las referentes al Capítulo 11 se incrementaron un 26 por ciento el mes pasado, de acuerdo con datos divulgados por Epiq Systems y proporcionados por el American Bankruptcy Institute.
La crítica situación del sector ha avivado las solicitudes para acogerse al Capítulo 11. El futuro del sector turismo y sus empresas es muy difícil, no solamente mientras dura esta pandemia, sino más adelante, porque no hay confianza por parte del consumidor para tomar un avión, irse a un hotel y las medidas de bioseguridad.
¡Muy difícil!… Además, está amarrado a la economía de cada persona. Muy seguramente muchas personas pueden perder su empleo y eso significa que tal vez el tema turístico no sea algo que vaya a estar en la mente de los consumidores, porque van a haber otros gastos inmediatos y no de placer como puede ser el turismo. En la medida en que quienes lo demandan pueden tener dinero, pero tienen cierto miedo a gastarlo”.
Aquellos que tienen una posición privilegiada pueden seguir desarrollando actividades turísticas, pero tal vez no para que el sector se mantenga a flote. El coste de tener un avión parado y la operación de ese avión, el combustible, la tripulación o los pilotos, es un costo muy alto para la empresa.
En efecto, el cansancio emocional y sicológico recomendarían el viaje pero debe valorarse si la salud mental justifica el riesgo del contagio por el Covid 19.
En estos primero días lo que se observó fue una afluencia de paseantes sin observar las medidas de la sana distancia y el uso del cubrebocas por ejemplo. Tampoco fue muy visible la presencia del personal médico para atender posibles malestares y distinguir entre quien puede ser sospechoso de la infección y quien resulta afectado por padecimientos distintos.
La prisa, siempre es la madre del error y a veces de las catástrofes, diría la abuela.