Hoja verde
Lo que nos espera
En el contexto del desplome que registra el Producto Interno Bruto en las economía, en la mexicana se perfilan impactos negativos que, de no atender a lo imperioso de un reordenamiento de los elementos estructurales, se estará generando una debilidad eterna para las condiciones de desarrollo y bienestar en la población.
A pesar de la nula atención que las autoridades tanto nacionales como local prestan al turismo, la economía mexicana es la más dependiente de este sector en el mundo, por lo que se verá más afectado por la caída de visitantes nacionales y extranjeros. México, Italia y España están entre los países más afectados por la pandemia de coronavirus.
A nivel local, estos serán los estados más afectados por la caída del turismo. Los servicios de alojamiento temporal, alimentos y bebidas llegan a representar un 25 por ciento del PIB de Quintana Roo, un poco más de 13 por ciento del PIB para Baja California Sur; casi 13 por ciento de Nayarit y prácticamente 6 por ciento para Guerrero.
El confinamiento en México y en el mundo provocó un impacto mayúsculo en el sector turístico de todo el planeta; apenas el pasado 10 de junio el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés), estimó que la pandemia provocará la pérdida de 197 millones de empleos en todo el mundo y una pérdida de 5 billones 543 mil millones de dólares al Producto Interno Bruto Global (PIB) en caso de que no haya apoyos para el sector.
Con este panorama, los estados mexicanos que más dependen de ingresos por turismo enfrentarán un escenario económico muy complejo, pero una cosa es decirlo y otra conocer las cifras que ya manejan algunas firmas dedicadas al análisis y elaboración de escenarios económicos.
En un escenario tan negativo, la contracción en la recaudación de los impuestos al hospedaje y sobre nómina será la tónica para estos estados, a lo que se sumará la disminución de las participaciones federales por el descenso de los ingresos nacionales. El peor de los escenarios, no cabe duda.
Hasta abril las tasas de ocupación hotelera cayeron 34.1 por ciento en Nayarit, 32.5 por ciento en Baja California Sur, 30.8 por ciento en Quintana Roo y 29.4 por ciento en Guerrero, en comparación con abril de 2019. Por lo tanto, en un escenario base la tasa promedio de ocupación hotelera en los cuatro estados disminuiría en 47.6 por ciento y la tasa de empleo lo haría 5.7 por ciento. Pero en un escenario de mayor estrés, estos porcentajes aumentarían hasta 71.3 y 8.6 por ciento, respectivamente.
Las disminuciones anteriores se traducirán directamente en una menor recaudación de impuestos al hospedaje y sobre nómina. En consecuencia, se espera una contracción de los ingresos propios de estos estados. Bajo el escenario base las disminuciones serán de 19.1 por ciento para Baja California, 15.3 por ciento para Quintana Roo, 8.2 por ciento en el caso de Nayarit y 6.5 por ciento para Guerrero.
En este escenario los balances financieros de Quintana Roo y Baja California se verán más afectados que los de Nayarit y Guerrero en gran medida porque los dos primeros estados dependen más del turismo internacional, que además arriba en gran número por vía aérea, mientras que Nayarit y Guerrero dependen más de turismo nacional y son sitios de arribo mediante automóviles en un gran porcentaje por estar cercanos a dos de los grandes centros metropolitanos del país (CDMX y Guadalajara).
El uso del semáforo epidemiológico impulsado por las autoridades sanitarias permitirá que en determinado momento la recuperación tome velocidad en las principales entidades dependientes del turismo, sobre todo cuando lleguen al color verde.
Sin embargo, la recuperación total estará sujeta a un incremento en el número de turistas internacionales y nacionales. Esto podría tardar más tiempo, ya que las personas no están dispuestas a viajar debido a las cuarentenas forzadas o recomendadas que algunos países han estipulado a su regreso, así como por la falta de una vacuna o un tratamiento eficaz.
El hecho está más que claro, la reactivación económica está por encima de la voluntad y los buenos deseos. Sin estrategia ni la instrumentación de los cambios adecuados se estará repitiendo el círculo vicioso que llevó a la crisis de hoy.
Guerrero necesita la diversidad económica. Entregarse a la actividad minera como alternativa, tiene otras implicaciones que repercuten hasta en la gobernabilidad.
Ser mejor equivale a haber cambiado muchas veces. Vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces, diría la abuela.