Teléfono rojo
De aperturas y cierres
Durante la reciente visita de López Obrador a Guerrero, se dedujo que uno de los mensajes importantes es que la minería recibiría un fuerte impulso y entonces tomó sentido el haber la Dirección General a rango de subsecretaria. Es decir, estamos hablando de que fue una iniciativa de la 4T.
La importancia que reviste el sector minero está fuera de toda discusión. Existen desde luego señalamiento por las implicaciones ambientales y sociales, pero a la vez genera 2.6 millones de puestos de trabajo, tiene impacto en 10 estados del país y representa alrededor de 3 por ciento del Producto Interno Bruto.
México actualmente se ubica entre las primeras 10 naciones productoras en 19 minerales. En sexenios pasados llegó incluso a existir la Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal.
La Subsecretaría de Minería tiene un papel indispensable para la transformación, ha servido como ejemplo a otros sectores para demostrar que la colaboración estrecha y la suma de voluntades puede fortalecer a una industria.
La desaparición de la subsecretaria es irreversible si tomamos en cuenta los anuncios de adelgazamiento de la estructura de gobierno hechos durante la semana recién concluida.
La decisión ocurrió justo cuando Francisco Quiroga, subsecretario en cuestión, llegó a acuerdos con gobernadores.
Fueron los casos de Javier Corral de Chihuahua; Miguel Riquelme de Coahuila; Alejandro Tello de Zacatecas; José Rosas Aispuro de Durango, y Jaime Rodríguez de Nuevo León.
Los empresarios de este rubro, tanto mexicanos como extranjeros, consideran que la desaparición de la Subsecretaría de Minería puede ser negativa para un sector que representa alrededor de 8 por ciento del PIB industrial.
Además de tener un impacto transversal la actividad minera es una fuente de suministro de materias primas para muchas industrias mexicanas y para otros países del mundo.
La medida iría en total contrasentido del reciente reconocimiento de la minería como sector esencial en la pandemia del coronavirus, con lo cual apenas reinició su actividad este lunes 1 de junio.
El mismo presidente Andrés Manuel López Obrador ha reconocido el importante papel de la industria minera para la economía nacional, lo mismo Carlos Salazar, representante del Consejo del Coordinador Empresarial.
La noticia cayó como balde de agua fría, pues en los últimos dos meses las empresas mineras y sus representantes trabajaron de manera coordinada para instrumentar los protocolos de seguridad.
La desaparición de la Subsecretaría de Minería de la Secretaría de Economía (SE) terminará con los puentes entre este ramo del sector privado y el gobierno, y afectará la recuperación del sector ante los estragos de la crisis económica a causa de la pandemia.
La desaparición, que se inscribe en el anuncio de Andrés Manuel López Obrador de eliminar varias subsecretarías del gobierno federal anunciado recientemente tiene ganadores y perdedores.
Entre lo que aparecen como posibles beneficiaros de esta decisión figuran dos que se han pronunciado abiertamente contra esta actividad: Napoleón Gómez Urrutia y Víctor Toledo Manzur.
El primero es senador por el partido en el gobierno, Morena, y dirigente, precisamente, de la industria minera; y el segundo era, hasta la semana recién concluida, secretario federal del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Las perdedoras son decenas de mineras canadienses y consorcios como Peñoles de Alberto Baillères, Grupo México de Germán Larrea, Frisco de Carlos Slim y Autlán de José Antonio Rivero, entre otras.
Se teme que, con la eliminación de la Subsecretaría, el gobierno se desentienda de ese sector y sus asuntos regresen a una dirección general, perdida en el entramado de la burocracia.
México como país minero no puede ni debe perder una posición tan importante en el Ejecutivo Federal, que garantice su gobernanza, asegure una adecuada administración de los recursos naturales de la nación y sea un importante puente de comunicación y de acción entre las diferentes entidades de Gobierno que interactúan con el sector.
Aun cuando la Secretaría de Economía acotó que “La cancelación del cargo de Subsecretario de Minería no implica ninguna afectación a las atribuciones, facultades y trabajos que la Secretaría de Economía lleva a cabo en materia de minería, a través de la Dirección General de Minas, la Dirección General del Fondo para el Desarrollo de Zonas de Producción Minera y la Dirección General de Desarrollo Minero”, es previsible que la inversión en exploración en el país pueda caer a su menor nivel en más de una década, aun antes de contemplar los efectos de la pandemia.
No existe algo que no pueda ser empeorable, diría la abuela.