Propuestas y soluciones
Quédense mejor allá
El tejido empresarial turístico afronta una situación de gran complejidad. que lo que está pasando demuestra que mantener el coronavirus bajo control no es un esfuerzo de una vez, sino un compromiso constante.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) alertó del aumento de contagios en México, en especial en estados que atrajeron turismo en las fiestas de fin de año.
En particular los estados de Guerrero, Quintana Roo, Nayarit y Baja California del Sur presentan una situación crítica semejante a Colombia y Brasil, y refirió que México es un país que está viendo aumentos exponenciales.
El coronavirus presenta desafíos transcendentales a la actividad turística. Desde sus inicios, la movilidad de la población quedó reducida a la mínima expresión. Se cerraron las fronteras y la población tuvo que confinarse en sus hogares con el fin de controlar la propagación del coronavirus.
En consecuencia, un sector tan dependiente de la movilidad como el turístico entró en un estadio de inactividad casi total. Solo tras el inicio de la desescalada de las medidas de confinamiento, las perspectivas del sector han comenzado a mejorar. Pero esto a su vez, impulso la expansión de los contagios y se agravó con el surgimiento de las nuevas cepas.
En México, los casos y muertes siguen aumentando, especialmente en aquellos estados que atrajeron mucho turismo durante las fiestas de fin de año, entre ellos figura Guerrero.
Y es que, para el periodo vacacional, los municipios de Acapulco, Chilpancingo y Zihuatanejo pasaron al color amarillo en el semáforo sanitario para que pudieran aumentar el aforo al 70 por ciento en restaurantes y hoteles.
Para entender la problemática del turismo habría que desglosar a sus componentes. En principio habría que considerar los aspectos funcionales. El turismo es una actividad humana y los humanos son quienes están padeciendo la enfermedad y al ser portadores de la misma se convierten en agentes de contagio.
En consecuencia, el acudir a sitios de recreo implica estar en grandes concentraciones de personas, que a su vez es otro elemento que favorece el contagio.
Los servicios que demanda la población que hace turismo incrementa las interrelaciones personales y con ello el riesgo de contagios.
Los protocolos de prevención sanitaria han sido relativamente observados por las empresas turísticas y por los viajeros y eso repercutió en el rebrote de los contagios.
Las autoridades locales en el ramo turístico se han visto muy limitado en cuenta a las propuestas para enfrentar el problema. El enfoque ha estado basado en salvar la economía, olvidando a las personas.
Ante el crecimiento del problema han retransmitido la responsabilidad hacia a los agentes del sector: Hoteles y yates de recreo no respetaron el porcentaje de ocupación permitido, restaurantes y bares no aplicaron las medidas sanitarias ni los horarios acordados y casi 200 mil turistas llegaron a Acapulco, Zihuatanejo y Taxco. Muchos de ellos desobedecieron la sana distancia y se aglomeraron en las playas.
En días recientes se propuso “recomendar a los turistas que no vengan a Acapulco.” Como dirían los clásicos, “ya no vengan para acá, quédense mejor allá.”
Pero el aspecto sanitario del problema no está en las personas, ni en los flujos de paseantes. Se necesita un enfoque integral del problema y superar el falso dilema de que se salva a la economía o se salva a las personas. Estos elementos no son excluyentes. La economía la hacen las personas y las personas sin salud no pueden ser agentes económicos importantes.
Es decir, para que el turismo salga de la hondura económica en que se encuentra, se debe resolver el problema de salud y repensar la oferta de las actividades recreativas al igual que su logística.
Por encima de las afirmaciones de youtubers e influencers, es importante que las personas que ya pueden vacunarse lo hagan, y que todos mantengan las medidas de distanciamiento e higiene ya conocidas para poder mantener el virus bajo control. Entre más contagios, más posibilidades hay de que se desarrollen nuevas cepas y mayor es la probabilidad de un nuevo frenen a las actividades económicas.
La forma en que se han difundido los casos de contagio en Acapulco, generan desinformación y estigmas. Este destino solo fue el punto geográfico de reunión de personas, algunas de ellas ya portadoras del virus. El caldo de cultivo para la expansión de los contagios fue la relajación de las medidas preventivas.
En el aspecto económico, autoridades y agentes del turismo han tenido enfoques muy limitados. Ofertan traslados, cuartos de hoteles y paquetes completos a precios módicos, pero no las medidas de prevención sanitaria que inspire confianza a los paseantes a llegar a esos sitios.
Distintas cerraduras se deben abrir con diferentes llaves, diría la abuela.