
Teléfono rojo
El poder y la tierra
Los cambios políticos no pueden entenderse sin incluir la interacción que existe entre la distribución de la población sobre el territorio –es decir, los procesos sociodemográficos– y la búsqueda de su armonización con el diseño institucional democrático –o sea, la integración de órganos de representación popular.
Es indispensable animar una reflexión que gire en torno a las reacciones del sistema político frente a las dinámicas poblacionales para garantizar a la ciudadanía que los espacios institucionales de deliberación pública (Congresos), se adecuan a los principios de equidad y proporcionalidad.
la configuración territorial electoral y la representación política son vectores que confluyen en el valor igualitario que se le asigna al voto de un ciudadano, por lo que las democracias actuales no pueden entenderse sin esta relación geo-electoral que se debe reinsertar en el debate público por las consecuencias que tiene en diferentes dimensiones.
La geografía electoral tiene mucho que decir y que aportar al entendimiento de los procesos electorales en su conjunto, pues la dimensión espacial, lejos de ser una categoría meramente geográfica o de localización, se constituye en un factor influyente del comportamiento electoral, en la medida que las pertenencias espaciales [habitar en cierta comunidad o localidad] se conjugan e interactúan con los determinantes sociales.
La relación entre territorio y elecciones debe entenderse como resultado de interacciones sociales que marcan directrices claras a las autoridades a fin de que las instituciones políticas den cuenta de la diversidad poblacional y garanticen con ello cuerpos de representación legítimos.
Los actores políticos se han enfrentado a fenómenos inéditos como la alternancia en los ejecutivos federal y estatales o los gobiernos sin mayorías. Todo ello está enlazado a lo territorial, pues no pueden concebirse cambios de orden político sin considerar lo que sucede en un espacio determinado.
Si la demarcación electoral se armoniza adecuadamente con el factor poblacional y en la misma medida garantiza la adecuada representatividad política de la ciudadanía, se convierte en un instrumento esencial para el fortalecimiento democrático de la entidad.
En la Región Pacífico Sur su historia reciente apunta hacia la generación de dispositivos de equilibrio de la representación política, empezando por una nueva demarcación electoral y siguiendo con la aplicación de un nuevo marco jurídico en la materia, mismos que pueden llegar a modificar el comportamiento de los votantes aunque, en última instancia, obedecen a una ola de cambios inevitables dadas las condiciones sociodemográficas de su geografía.
Más allá del suelo y la geología, también deben tomarse en cuenta muchos otros factores para entender el comportamiento electoral desde la geografía electoral.
El objeto de estudio de la geografía electoral sigue siendo: el proceso electoral, desde cualquier arista: antes, durante y después del momento electivo; se define como “el estudio que se orienta a conocer los patrones espaciales del voto, en función del apoyo otorgado a los partidos políticos por parte del electorado y la relación de dicha preferencia con las características demográficas, socioeconómicas y espaciales de la población.
La elección del 2018 fue un referente para contrastar con los resultados de la elección que se efectuará el próximo junio.
En el proceso electoral inmediato anterior, en la región Pacífico Sur estuvieron en juego 1 gubernatura (Chiapas) la cual fueron ganada por el candidato de Morena y la coalición Juntos Haremos Historia.
Mientras de los 468 ayuntamientos 80 están gobernados por Morena y de ellos 60 están gobernados por una alianza entre y otros partidos; el Revolucionario Institucional es gobierno en 104 alcaldías de las cuales 28 son producto de alianzas con otros partidos. El PAN lo hace en 84 municipios de los cuales 76 es por coalición.
De las 102 diputaciones de mayoría relativa de la región, 71 están en poder de Morena, pero solo en 19 casos contendió sin alianzas. El Revolucionario Institucional tiene 17 pero solo en cinco no hubo coalición.
Cada uno ve lo que le parece, pocos palpan lo que es, diría la abuela.
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Fuentes
Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Chiapas
Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Guerrero
Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca.
Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Michoacán.