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Insensato regocijo
Un problema que se extiende
Los cuerpos de la autollamada policía comunitaria en Guerrero se han convertido en un protoestado y esta podría ser una tendencia nacional que complicaría aún más el problema de la seguridad púbica. El fenómeno atañe, de momento, a la Región Pacífico Sur.
El 7 de enero, integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria emplazaron al Gobierno a reforzar la seguridad en su comunidad, y atender temas de educación y salud en un plazo de 15 días y amagaron con incorporar a unos 70 niños a la Policía Comunitaria, si el Gobierno estatal no cumple sus peticiones relacionadas con seguridad, ya que aseguran que viven acorralados por el grupo criminal Los Ardillos además de expulsar a la policía municipal en José Joaquín de Herrera, por estar coludidos con el crimen organizado.
Aunque existe una diferencia muy importante entre el origen de estos grupos de civiles armados, en Guerrero con respecto al resto del país, el punto común es que ya no les basta procurar la seguridad de los habitantes, ahora quieren erigirse en autoridad de gobierno.
Durante la gestión de Enrique Peña Nieto se legitimó un modelo paramilitar mediante un experimento contrainsurgente por parte del sector duro del gobierno de Enrique Peña Nieto para que los grupos de autodefensas hicieran el trabajo sucio del Ejército. Óscar Adolfo Naranjo Trujillo, quien fuera director de la policía nacional de Colombia fungió como asesor para repetir lo que se experimentó bajo su conducción en ese país sudamericano
En 2014 se acordó institucionalizar a las autodefensas de Michoacán a través de los Cuerpos de Defensa Rurales.
El gobierno federal inició en la primera semana de mayo de 2014 la legalización y la entrega de armas –pistolas Beretta 9mm y fusiles de asalto R-15– a los integrantes de un movimiento de agricultores y ganaderos armados de Michoacán.
Además de las armas se les otorgaron uniformes y se les reconoció por expulsar al grupo delictivo de los Caballeros Templarios y debilitar a La Familia Michoacana. José Manuel Mireles, uno de los líderes, fue detenido después del acuerdo por su insistencia en controlar las regiones de La Mira y Lázaro Cárdenas.
Hipólito Mora, líder en la zona de La Ruana, fue detenido antes del acuerdo acusado de asesinato. El 16 de mayo se revocó el acta de formal prisión por falta de pruebas.
En Guerrero se tiene antecedentes de 23 grupos en el 70 por ciento del estado. Entre ellos se encuentran el Frente Unido de Policías Comunitarias del Estado de Guerrero en la Sierra; la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) con elementos en regiones Costa Grande, Centro, Costa Chica y Acapulco. Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria-Pueblos Fundadores (CRAC-PC-PF)
También se tienen datos del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG).
En Chiapas surgió el respaldo a las llamadas “Autodefensas del Pueblo El Machete”, grupo que apareció en Pantelhó en respuesta a los asesinatos en la región. El objetivo es expulsar a sicarios, narcotraficantes y al crimen organizado.
Los grupos armados también han sido ubicados en la Selva, así como en las regiones de Los Altos, Norte, Sierra, Soconusco, Valles Centrales y Costa.
En ocho años y tres distintos gobiernos, los grupos de autodefensas se han incrementado.
Un grupo de autodefensa que pretende hacer frente a grupos criminales que operan en los límites de Oaxaca y Veracruz, surgió el 19 de diciembre del 2019 en Santiago Sochiapan.
Desde el patio de la iglesia de la localidad de Benito Juárez, Sochiapan, ubicado entre
Playa Vicente y Oaxaca, los integrantes de la Unión de Pueblos Unidos contra la Delincuencia (PUCD), en su mayoría ganaderos, mujeres e indígenas, han decidieron romper el silencio y pedirle a las autoridades que no se interpongan en su lucha, pues si ellos no quieren garantizarles la seguridad, cuentan con el apoyo de otros grupos que han surgido en Las Choapas, Hidalgotitlán, Playa Vicente, Uxpanapa y Jesús Carranza.
En 2013, se contabilizaron 36 cuerpos de seguridad comunitarios, policías rurales, guardias blancas, de autodefensa civil y grupos paramilitares en 16 estados.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) contabilizó, en 2016, grupos de autodefensa en 33 municipios de Michoacán, quienes decidieron armarse para hacer frente a asesinatos, extorsiones, amenazas y secuestros, según señalan 2,858 testimonios.
Han surgido en muchos países, pero esos países siempre tienen características similares: altas tasas de criminalidad y un Estado de Derecho deficiente.
Sin embargo, el mayor problema que se ha detectado, es que los grupos de autodefensa no brotan, resuelven el problema y luego desaparecen, sino que se perpetúan y deben buscar fuentes de financiamiento.
Aunque los grupos de autodefensa nazcan como una respuesta hacia la violencia que no se puede controlar, tarde o temprano terminan convirtiéndose en entes generadores de violencia.
Hay soluciones que se vuelven problema, diría la abuela.