Sin mucho ruido
La violencia y sus costos
La violencia hacia las mujeres nos rodea. Todos somos testigos directos o indirectos de la violencia y con frecuencia la ignorarnos, la justificamos o minimizamos o, en muchos casos, como hombres, lo que descalificamos son las expresiones legítimas de ira y hartazgo en su contra.
Ésa es la realidad, la tragedia y la vergüenza de lo que permitimos que ocurra a nuestro alrededor.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones de los Hogares, en México, una de cada dos mujeres sufre de algún tipo de violencia por parte de sus parejas, esposo o novio, y una cuarta parte ha sufrido violencia en los 12 meses previos.
Cuatro de cada 10 mujeres reciben abuso emocional, siete de cada 100 son objeto de abuso sexual, más de una de cada cinco sufre abuso económico o patrimonial y una de cada cinco son o han sido objeto de maltrato físico por parte de sus parejas.
Ocho de cada 10 mujeres han sufrido violencia física o sexual por parte de sus parejas, sin que pidieran apoyo y presentaran ningún tipo de denuncia.
La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia hacia las Mujeres (Conavim) otorgará un año a la actual administración estatal para atender la alerta de violencia de genero por agravio comparado contra las mujeres guerrerenses.
Se considera violencia de género por agravio comparado cuando no se proporcione el mismo trato jurídico en igualdad de circunstancias, generando una discriminación o consecuente agravio, o. Se genere una aplicación desigual de la ley, lesionándose los Derechos Humanos de las Mujeres, así como los principios de igualdad y no discriminación.
Existe “falta de cumplimiento de los tres poderes del estado de Guerrero a la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) por agravio comparado, dictada a la entidad el 5 de junio de 2020.
Dicha Alerta fue solicitada el 8 de marzo de 2019 por el Observatorio Ciudadano de las Violencias contra las Mujeres en Guerrero (OBVIO) y Justicia, Derechos Humanos y Género, A.C., con el acompañamiento del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF) y Católicas por el Derecho a Decidir A.C. De esta forma, Guerrero se convirtió en el segundo estado de la República en decretar una alerta de este tipo.
Es una de las formas de agresión. Las más crueles se presentan en la Región Pacífico Sur de manera dramática.
En Chiapas, durante 2021 se iniciaron 291 carpetas de investigación, en su inmensa mayoría por violencia familiar, así como por otros delitos como pederastia, violación, acoso y feminicidio, el llamado a las mujeres a romper el silencio y denunciar a los agresores, se trata de hacer frente con determinación las violencias contra mujeres y niñas.
Los feminicidios, fueron 17 casos en los municipios de Tuxtla Gutiérrez, Berriozábal, Ocozocoautla, Chiapa de Corzo, Palenque, Teopisca, San Cristóbal de Las Casas, Comitán, Chapultenango, Cacahoatán y Mapastepec.
En Guerrero fueron asesinadas entre cuatro y cinco mujeres a la semana durante los últimos seis años. El estado se encuentra entre las 10 entidades con más casos de homicidio doloso en contra de mujeres por cada 100 mil habitantes femeninas, (Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública).
En Michoacán, se registraron más de 243 casos de feminicidio durante el 2021 y se encuentra entre las entidades donde se concentra el 50 por cientos de casos a nivel nacional.
En Oaxaca, se registraron 746 agresiones en contra de las mujeres, lo que constituye la cifra más alta de la administración del gobierno estatal actual, es
un aumento de agresiones contra mujeres de 17% con respecto a 2020.
del 1 de diciembre de 2016 al 31 de diciembre de 2021 fueron perpetradas 3 mil 168 agresiones contra mujeres adultas, adolescentes y niñas en esa entidad.
Pero además la violencia de género en todas sus formas tiene un costo económico que a nivel nacional asciende a 5.16 billones de pesos y es equivalente a 10 veces el gasto público federal en salud y ocho veces el de educación.
La violencia contra las mujeres ocasiona pérdidas económicas a nivel individual, familiar e incluso comunitario. Son las propias mujeres violentadas quienes destinan parte de sus ingresos y mucho de su tiempo para acceder a tratamiento médico o psicológico, asesoría jurídica o cualquier otro tipo de apoyo.
Lesiones, problemas sexuales, enfermedades crónicas, desórdenes mentales como ansiedad y depresión, así como el abuso de sustancias, son solo algunas de las principales consecuencias del maltrato que reciben miles de mujeres.
Existen otros costos que aún no son medibles, derivados del daño emocional que afecta a las víctimas, a sus familiares y a la sociedad en su conjunto. De hecho, se afirma que por cada mujer que está inmersa en una situación de violencia, son varias generaciones posteriores que también padecerán las consecuencias.
Erradicar la violencia contra las mujeres es un camino para garantizar una mejor calidad de vida para la sociedad en general, pero también una forma de impactar positivamente en la economía.
Medir los costos que alcanza la violencia contra las mujeres es una forma de medir su gravedad, su persistencia, su impacto en la sociedad. Cada peso utilizado en atender la violencia significa uno menos en inversión productiva, en educación, en investigación científica.
Ganar dinero y dar órdenes no es la base del poder, diría la abuela.