Propuestas y soluciones
Las otras disputas del crimen organizado
La masacre de San Miguel Totolapan en Guerrero, es una expresión de las dimensiones que ha alcanzado el crimen organizado en la Región Pacífico Sur como en el resto del país.
La afirmación de que los hechos de violencia registrados en ese municipio de la región de la Tierra Caliente son producto de la confrontación entre dichas bandas delincuenciales, son un lugar común. El punto trascendente es el poder político y militar que han adquirido dichos grupos y la diversificación de actividades desarrolladas, lo cual se traduce en un gran poder económico.
Son cifras fabulosas, aunque inevitablemente son estimativas y varían por la naturaleza ilícita de lo que se intenta medir.
Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el comercio ilegal del crimen organizado suma ganancias anuales de más de 2 billones de dólares
Esta cifra equivale a un 3,6 por ciento de todo lo que produce y consume el planeta en un año, o en clave latinoamericana, a cuatro veces el PIB de Argentina o casi diez veces el de Colombia, dos países de ingreso medio alto a nivel mundial.
El último informe del Foro Económico Mundial llegó a una estimación menor –más de un billón de dólares– y se basa en una investigación de 2011 del Global Financial Integrity (GFI), un centro de investigaciones basado en Washington.
El GFI elaboró un informe a partir de 12 actividades ilegales. Las cinco primeras son las siguientes: Narcotráfico: (320 mil millones de dólares); Falsificación (250 mil millones); Tráfico Humano (31 mil 600 millones); Tráfico ilegal de petróleo (10 mil 800 millones); Tráfico de vida salvaje (10 mil millones).
Si a estas cifras se le agregan otras actividades (desde el tráfico de órganos hasta la venta de obras de arte) la suma se dispara a 650 mil millones.
En Chiapas se disparó la presencia del crimen organizado, situación que ha despertado las alertas en organizaciones y ciudadanos que reclaman la acción de las instituciones del Estado.
La presencia del crimen en la entidad se debe a su ubicación geográfica y a la movilidad de drogas, armas e incluso, tráfico de personas.
Es el corredor de migrantes, drogas y armas que va de países de Centroamérica que llegan a Estados Unidos.
Sin embargo, otro cártel que ha crecido exponencialmente en los últimos años se concentra en los Altos de Chiapas y se llama Cártel San Juan Chamula (CSJC), quien controla gran parte de la producción y distribución de estupefacientes, robo de vehículos y autopartes, Tráfico de persona, armas, combustible y madera, venta de material de la denominada etno-pornografía.
Unos 22 grupos criminales operan en el estado mexicano de Guerrero y están en guerra por el control de rutas del narcotráfico, además de otros negocios como el tráfico de menores, la pornografía infantil y la trata de personas.
Además el crimen organizado en Guerrero busca cobijo en administraciones, industria y comercio locales.
Las extorsiones, los robos, las violaciones, las torturas, los asesinatos provocados por los cárteles han dejado profundas cicatrices en Michoacán.
En Michoacán (al oeste de México) los grupos criminales evolucionan constantemente para evadir la ley. Cambian de modalidad y de zonas operativas, de víctimas, de victimarios.
Se asegura que en Michoacán operan por lo menos una docena de organizaciones dedicadas a la delincuencia organizada, entre las que se menciona Los Vengadores, una facción del Cártel de los Valencia; Los Locos de la Sierra, Los Justicieros, La Vieja Guardia, Grupo H3, El Grupo de El Metro, Los Caballeros de Elite, Brazo de Oro, El Grupo del Cenizo, Grupo Iris y Los Cinco del Cerro. Desde luego que también existen células del Cártel de Sinaloa.
Estos grupos se dedicarían a la producción de marihuana, droga sintética, extorsiones, robo, secuestros y asesinatos, tráfico de personas y órganos, además del mercado negro de metales.
Michoacán está envuelta en una espiral de violencia en la que al menos una decena de carteles se enfrentan a diario con el de Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de la región, cuna natal del líder del CJNG Nemesio Oseguera Cervantes, alias El Mencho.
En Oaxaca tienen presencia cuatro carteles de la droga, además de grupos locales o regionales relevantes
os grupos criminales o de delincuencia organizada que operan en el estado son el Cartel del Pacífico-Sinaloa (CDP), el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Golfo (CDG) y la Organización Criminal de los Beltrán Leyva (OCBL).
Estos cuatro carteles de la droga realizan en Oaxaca actividades relacionadas con narcotráfico y narcomenudeo, extorsión y cobro de derecho de piso, delitos de alto impacto (robo a transportistas, ferrocarril, trata de personas), y mercado ilícito de hidrocarburos o robo de combustible.
La corrupción entre poder político obstruye el combate a esos grupos. Las autoridades de Oaxaca responsables de la seguridad y la procuración de justicia sabían desde hace años que Gustavo Abigaíl “N” conocido como “El Pino”, Gustavo Díaz Sánchez, hijo del diputado local del PRI, era dirigente de un grupo criminal que operaba en la región de la Cuenca del Papaloapan y que extendía sus actividades criminales al estado vecino de Veracruz. Pese a ello, nunca lo detuvieron.
Los grandes problemas han quedado a criterio de los causantes y se mide en miles de pesos diría la abuela.